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ORLANDO DICE

Las encuestas, los políticos y el tema reformista

LA CORRECCIÓN.- Los políticos del patio abandonaron la vieja y mala costumbre de ponerse a la cabeza en la preferencia del electorado citando los porcentajes de una supuesta medición de La Embajada, que no era otra que la representación diplomática del gobierno norteamericano. Igual dejaron de masturbarse mentalmente hablando de una encuesta encargada por empresarios amigos que los colocaba en determinados niveles de aceptación pública, casi siempre por encima de sus oponentes. Era una forma de regatear y resistir los números de los sondeos que se iban publicando y cuyos resultados eran contrarios a sus intereses y a sus posibilidades. Ahora no son más serios, ni más sinceros, ni más honestos, sino que la opinión pública es más avisada y el común de la gente más despierto. No obstante ese cambio de ánimo, quedan resabios del pasado. Ningún candidato ni partido quiere entregarse antes de tiempo. El actual contexto, por ejemplo, se caracteriza por lo variado y sobre todo por la animosidad entre los interesados… LA MEDIA.- Los estudios de opinión que ahora abundan como la verdolaga no complacen a la totalidad de los políticos, y se nota un afán o por desacreditarlos o por contaminarlos. Aunque parece que ya encontraron la media, y la media es Gallup. Los que reniegan de Asisa o del Centro Económico del Cibao, se resignan con un “yo espero la Gallup”, como si fuera Moisés esperando la señal para subir al Monte Sinaí a buscar los mandamientos de la Ley de Dios. Incluso, la mayor confianza en la Gallup la expresan los sectores de oposición, y se quiere, el PRD, cuyos dirigentes proclaman una verdad que todavía no está en sus manos. No se si hicieron la última, o si la van a hacer, pero ya los porcentajes se discuten en las tertulias de café, o entre los muy enterados, aunque con el viejo defecto de que cada cual se atribuye la ventaja. Tampoco sé qué piensan los directivos de Gallup, pero debe ser difícil ese trance: complacer la fábula de todo el mundo. ¿Qué pasará cuando finalmente la Gallup se publique y no responda las expectativas de todos estos núcleos, que además de variados, están enfrentados?… EL TEMA REFORMISTA.- Orlando, gracias, por recordarme; mucha gente me habló de tu comentario del pasado día 3, tantos, que me veo en la obligación de enviarte esta nota. Tienes razón, según parece, Leonel habría quedado en “encargarse del reformismo” franquicia y diáspora, lo que me parece lógico, pues es el único, en el PLD con vinculaciones afectivas con todos; sin embargo, como apuntas, no lo hizo, en cambio, la dirigencia local morada, continuó sus desprecios a los dirigentes provenientes del reformismo, que aún tenidos a menos, siguen siendo eficaces actores electorales, que olvidados de “su cúpula” y del afecto y atenciones que Leonel profesó, están amotinados. Obvio, que Danilo no es culpable, pero el PLD, sí. Desde la convención del PRD en marzo, he estado tranquilo, oyendo a todo el que me visita de cada rincón del país, en mi oficina y en mi casa, como siempre; igual fui a oír a los reformistas de Europa y de Estados Unidos, hace cuatro y dos semanas, calibrando por dónde andan sus simpatías y viendo si puedo garantizar sus intereses mínimos. Ayer recibí a 149 de los principales, almorcé con ellos en el patio de mi oficina, como usualmente hago, oí las informaciones que cada uno trajo de su barrio o campo, en palabras tuyas, que agradezco, con sigilo. Pero ante la prepotencia y el abuso, solo el sigilo garantiza la eficacia, que según indicas, algunos me acreditan. Esos reportes constituyen una encuesta del país y de la vida interna del reformismo, mejor que cualquier estudio; hay que tener esas informaciones para cuando sea tiempo de actuar. Parece que te leen muchos reformistas, son ellos quienes me han pedido que te escriba esta nota, porque creen, que tus afirmaciones son correctas: Leonel perdió mucho tiempo, dejó espacio al olvido y permitió muchos abusos al reformismo. Danilo tendría que arrear rápido; Hipólito no descansa, ni es tímido para dar abrazos. De Danilo, contrario a lo que leo en esa misma publicación que otro amigo comenta, no tiene rechazo del reformismo, nadie, ninguna persona me ha hablado mal de él en todos mis recorridos y reuniones, es al Gobierno al que acaban, Danilo lo que no ha tenido es relaciones con el reformismo – excepto Quique - y Leonel, quien las tenía, dejó que se cayeran los puentes por los que cruzaba a regar ese amor colorao, despidió a los jardineros y, contrario a la naturaleza del reformismo, designó un rey, que no gobierna, por eso tiene un lío y está perdiendo a su único aliado con votos. Ángel Lockward

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