Padres al estilo urbano

La carrera artística de los exponentes urbanos es bien conocida por la mayoría de sus seguidores, incluso parte de su vida privada es de conocimiento público gracias a la exposición que tienen en las redes sociales, sin embargo, lo que quizá muchos pasan por alto es su faceta como padres, amigos e ídolos de sus hijos.

Mark Burdier y Miguel Ángel Valerio, nombres reales de los artistas Mark B y Don Miguelo, tienen más en común que el género musical al que se dedican, pues al hablar de sus hijos, la fama y la música pasa a ser un segundo plano para ambos.

A propósito de celebrarse este próximo domingo el día de los padres en República Dominicana, conocer un poco más sobre la vida de padres de estos exponentes urbanos permite una mejor valoración de su persona.

Al escuchar el nombre Naelys Shantel Burdier los ojos de Mark B se llenan de brillo, reflejando la nostalgia de no tener cerca su pequeña de 10 años cada día a su lado.

Cuando Mark habla de su única hija, la voz y el semblante le cambia, sus expresiones de orgullo y amor por su hija, acompañaron al artista durante toda la entrevista que ofreció para LISTÍN DIARIO.

El cantante tenía 19 años cuando se enteró que iba a ser padre, su mundo, aspiraciones y metas cambiaron radicalmente desde ese instante. Ya no pensaba solo por él, tenía que trabajar por su pareja en ese momento y por la niña que venía en camino.

Prioridades Según contó el artista, su vida tomó otro enfoque, Viviendo en Estados Unidos, lavar carros en un ‘car wash’ y ser dependiente en una tienda de ropa eran solo algunos de los trabajos que hacía para llevar el sustento al hogar.

Recordó que la llegada de su hija fue el motor que lo impulsó a “echar pa’ lante” y ser lo que es en la actualidad.

“Sin ella no hubiera existido, no estaría aquí en el día de hoy, porque me hizo esforzar en tener un trabajo para poder darle una mejor vida”, explicó.

A los tres años de haber nacido Naelys, Mark decide emprender camino en la música y venir a República Dominicana, decisión que le costó separarse de su hija a temprana edad.

Ser padre a distancia quizá no le representa un gran reto para estar al tanto de lo que pasa con su hija, quien ya tiene 10 años y vive en la ciudad de Miami, los avances y herramientas que ofrece la tecnología han sido los aliados perfectos para Mark y Naelys.

Afirmó que estar separado de su pequeña ha sido una situación difícil, pero entiende que los sacrificios son necesarios para brindarle un mejor futuro a su hija.

A pesar de vivir lejos de Naelys, Mark B no se arrepiente de haber tomado la decisión de separarse de ella, pues considera que gracias al éxito que ha logrado puede bridarle una mejor calidad de vida, sin embargo, lamenta no haber podido criarla junto a su madre.

Durante la entrevista, su semblante cambió radicalmente al ser cuestionado sobre lo que más extraña de estar junto a su hija, la nostalgia se vio reflejada en cada una de sus palabras cuando decía “lo que más extraño es jugar junto a ella, ser su padre a tiempo completo, ir al parque, peinarla y cambiarla”, agregó que esos detalles son de gran importancia para las niñas que en con frecuencia son más propensas a estar más cerca de su papá.

“La fama es algo momentáneo” Pese a todo lo que ha conseguido a través de su carrera, Mark B estaría dispuesto a cambiarlo por estar nuevamente junto a su hija y compartir el día a día con ella. Expresó que el éxito es momentáneo y así como viene se va, sin embargo, los hijos quedan para siempre. Como padre, Mark espera ser recordado por su hija como un hombre fajador que ha hecho grandes sacrificios para su mejor futuro, dijo tener la esperanza de que Naelys pueda entender que hay cosas en la vida que no son como se planean y que a veces hay que tomar decisiones que son difíciles.

"Mis hijos me han cambiado la vida" Al contrario de la percepción de muchos, Miguel Ángel Valerio Lebrón, mejor conocido como Don Miguelo, deseaba tener un hijo cuando su primogénito Diamond llegó al mundo hace nueve años.

Su vida, al igual que la mayoría de los padres primerizos, tomó un nuevo rumbo. Pese a que afirma que el nacimiento de su primer hijo no le tomó de sorpresa, la situación económica que atravesaba no era la más adecuada para recibir a un bebé.

Durante una entrevista ofrecida a LISTÍN DIARIO, el exponente urbano explicó que en el 2008, año en que nació Diamond, literalmente “no tenía ni un peso” lo que complicaba el panorama para él.

No obstante, esto no se convirtió en un obstáculo que detuviera la perseverancia del cantante para reforzar su carrera musical y brindarle una mejor calidad de vida a su familia.

Padre de tres niños, Diamond, Living y Misael, todos de relaciones diferentes, Don Miguelo se ha esforzado para que los tres reciban el amor incondicional que les tiene, pese a las circunstancias.

Al hablar se su primer hijo, su voz reflejaba cierta emoción y orgullo. Por ser el primogénito, su experiencia como padre se ha desarrollado a la par con el crecimiento de Diamond.

Con jococidad manifestó que el comportamiento del niño muchas veces lo deja sorprendido por las cosas que sabe y dice.

El éxito de la carrera musical de Don Miguelo es algo que su hijo mayor tiene bien presente, pues según comentó, Diamond es su primer y más fiel seguidor.

Destacó que el primero que se aprende las canciones antes de salir al mercado es Diamond, quien también es su principal consejero musical.

Sin embargo, al ser cuestionado sobre la hipótesis de que su hijo quisiera dedicarse a lo mismo que él, Don Miguelo indicó que no le gustaría que eso pasara, ya que a su juicio el ambiente en que se desenvuelve el género es “sucio y rastrero”, algo que no quiere para Diamond.

Pese a su postura, expresó que de su hijo elegir esta carrera, lo apoyaría sin ninguna duda.

Don Miguelo afirmó que la llegada de sus tres hijos le ha cambiado la vida, teniendo una mayor perspectiva de la vida y un mejor manejo en cuanto a su vida pública.

El artista destacó que sus hijos representan una parte importante de su vida y que por ellos haría todo lo necesario para que tengan un mejor futurro.