CONCIERTO

Vocero de la resistencia romántica

Frente al bullicio musical de ritmos urbanos y latinos que están de moda por estos lados del Caribe queda un reducto artístico de resistencia romántica. Andrés Cepeda se inscribe en esa contracorriente en la que confluyen muchos dominicanos que la noche del viernes le dieron su respaldo a este vocero del amor.

Una vez más el cantautor colombiano deleitó a sus seguidores, esta vez con dos funciones en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, donde canta por primera vez. La segunda estaba pautada para anoche.

Con una atmósfera moderna de una pantalla gigante sobre el escenario y acompañado de 8 músicos y una fantástica corista (Victoria), Cepeda se convierte en un David romántico contra un Goliat urbano que supone la pegada de la música urbana Santo Domingo.

Canciones

Durante casi dos horas, su concierto “Mil Ciudades” se paseó por la balada, el pop y rock con la capacidad artística exhibida en otras ocasiones y que esta vez renovó por primera vez en el Teatro Nacional.

Un repertorio de casi 35 canciones fundamentó la presentación producida por Big Show Pro en un escenario decorado con una pantalla de led gigante de fondo y varios módulos led distribuidos en las faldas de las sobretarimas puestas para dar vuelo a los músicos y fascinación visual de los presentes.

“Cantar conmigo”, “Mil ciudades”, “Yo que tanto te esperé”, “El mensaje”, “Por el resto de mi vida”, “Carpintero”, “Amor gitano”, “Me voy”, “Sé morir”, “Se te nota”, “Vicky”, “Cómo te atreves”, “Locura mía”, “Voy a extrañarte”, “Tengo ganas” fueron parte del repertorio del artista de 43 años nacido en Bogotá, la capital colombiana.

Su canción más rítmica, “Si fueras mi enemigo”, tiene esos aires de merengue que bien pudiera uno de los merengueros del siglo XXI adaptar. Quizás el propio Eddy Herrera, quien estaba entre los presentes. Su hija, Gaby, es la representante de Sony, casa a la que pertenece Cepeda, quien le dedicó una canción por su pronto matrimonio.

La seductora “Lo mejor que hay en mi vida” también recibió vítores y la voz coral de la multitud. Tal vez muchos se identifican con aquello de que “cuando no quede en este mundo una persona que te quiera/ aquí estaré para decirte que te espero hasta que muera/ y te repito una y mil veces para mí no estás prohibida,/ quién va a prohibirme que te entregue lo mejor que hay en mi vida”. Con canciones como esa, Andrés pone al público femenino a sus pies. Ellas se saben sus letras. Y las corean, al menos las más conocidas como aquella emblemática “Besos usados”, que le dio el pasaporte de entrada a la tierra del merengue y la bachata.

Eso sí, en la primera función la convocatoria no fue la esperada. Incluso, hubo que bajar personas desde el balcón hacia platea para tratar de llenar la parte de abajo. Y tampoco así se logró. Quizás los precios de las boletas influyeron. En fin, con los que estaban ahí se logró una fantástica entrega.

Detalles técnicos, sobre todo con su guitarra, casi le estropean algunas canciones, pero él supo manejar los percances y recorrer el camino de las “Mil ciudades”. La apertura estuvo a cargo de Pamel Mancebo, quien se despachó con un repertorio que manejó de forma adecuada tanto en duración como en los temas seleccionados para conquistar un público que le dio acogida. Guitarra en mano el dominicano interpretó “No me culpes”, “Por mi parte”, “Loca” y “Tiene que ver contigo”, dejando grata impresión entre los presentes dentro de los cuales se encontraban muchos de sus fans que cantaron junto con él sus canciones.

Tags relacionados