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Las exigencias del “Divo de Juárez”

El ícono de la música mexicana disfrutaba de los productos orgánicos, le gustaba que le cocinaran en la suite presidencial del hotel en el que se hospedaba y no negociaba su avión privado para llegar a las presentaciones cuando estaba de gira, además de su amor por las rosas

El cantante Juan Gabriel, ícono de la música mexicana que falleció en su casa de Santa Mónica California el domingo a los 66 años a causa de un infarto, era un divo como le gustaba que le presentaran. Sus exigencias no eran menos que las de una estrella de su categoría. Comenzando porque su rider –pliego de exigencias de un artista– era de más de 11 páginas y en el mismo no se le escapaba ningún detalle. Desde el sonido, el tipo de equipos, marcas de los mismos, hasta cómo debía ser la decoración del escenario donde el intérprete de “Amor eterno” se presentaría, sin dejar de lado que se movía en avión privado cuyo costo sobrepasaba los 8 mil dólares la hora.

Era amante de las rosas, y por eso para su presentación el pasado mes de abril en Aruba, país que no pisaba desde hacía 8 años, pidió rosas rojas, algunas que usaría como parte de su show, pues las entregaría a algunos fanáticos.

El empresario dominicano radicado en Canadá, Pablo Mendoza, quien a través de su empresa Studio 40 se encargó de la preproducción de esta presentación y de la contratación del carismático artista mexicano, recordó en entrevista con LISTÍN DIARIO cada uno de estos detalles. Agregó que el artista tenía un profundo sentido del humor, y que por alguna razón le gustaba hablar de las madres, por quienes –según el propio artista–, muchas personas de otras generaciones conocieron su música.

El célebre astro mexicano trabajaba en un nuevo disco de duetos y previo a su muerte estuvo grabando algunos temas reveló Mendoza, quien conversó con el artista el viernes pasado previo al fallecimiento del artista el domingo 28 de agosto. Le gustaba que sus músicos e invitados especiales estuvieran bien atendidos y por eso exigía camerinos para todos por separado, (por lo general siempre llevaba invitados a sus presentaciones, quienes viajaban con él en su avión privado). Había camerinos, para invitados hombres, y para las mujeres, para su mariachi, para sus coristas, para sus directores musicales, para sus músicos, en fin, todo estaba especificado y los empresarios que le contrataban no podían pasar ningún detalle por alto.

El camerino principal que se le reservaba a JuanGa, como cariñosamente también se le conocía, debía ser de por lo menos de 3mts. x 6mts. dividido por una puerta o de lo contrario por un biombo, además de estar acondicionado y limpio, la decoración del mismo debía ser como él artista deseaba, para su pasada presentación en Aruba, pidió una decoración tipo hindú, con sillones grandes cómodos y mesa de centro con arreglos florales y luz tenue.

“El camerino debe contar con mínimo 3 hieleras. Los refrescos se acomodan de la siguiente manera de abajo hacia arriba: refresco de sabor, Coca-Cola regular, Coca-Cola Light y aguas. Los refrescos deberán de permanecer mitad fríos y mitad al tiempo. Prohibido presentación en lata”, dice uno de los párrafos del rider enviado por la producción de Juan Gabriel para el empresario que lo presentó en 30 de abril en Harbour Arena de Aruba, un show que duró casi cuatro horas y en el que se sintió tan bien que quería seguir cantando.

A él le gustaban los productos orgánicos y trataba de cuidarse por su situación de salud, (hay que recordar que en el 2014 canceló varios conciertos por neumonía) y por esta razón también exigía en cualquier hotel que llegara una estufa en la suite presidencial reservada para él, lo que en algunos momentos era un inconveniente para los empresarios que le contrataban ya que los hoteles no les gustaba ceder con esta exigencia. De igual manera debía tener licuadora y exprimidor de naranjas y limones, por si Juan Gabriel quería un jugo natural pudieran complacerlo de inmediato.

Al artista que según Mendoza tenía un buen sentido del humor le gustaban las infusiones, y por eso su equipo solicitó té de manzanilla y de hierbabuena además de la raíz de jengibre. Aunque por su condición de salud no podía tomar mucho, siempre en su lista estaba 2 botellas de whisky Buchanan’s 18 años o Master y también 1 botella Don Julio Añejo y Don Julio 70, que es la tequila que producen en las tierras altas de Jalisco, donde el microclima y el suelo arcilloso rico en minerales permiten que el agave azul abunde, una de las bebidas preferidas por los mexicanos. En fin, flores, avión privado con su piloto, mucha comida (le gustaba cocinar en su suite privada), bebida, toallas blancas y más flores hacían que el “Divo de Juárez”, se sintiera como tal, para darlo todo en un escenario. Mendoza tenía previsto llevarlo a Colombia con su nueva gira Mexxico, lo que no podrá ser posible, tras la lamentable noticia de su fallecimiento que ha sacudido al mundo artístico.

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