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Exceso verbal en la TV

Un lenguaje subido de tono y hasta discriminatorio se registra en los últimos tiempos

Figura. Francisca Lachapel está en el centro de un debate.

Figura. Francisca Lachapel está en el centro de un debate.

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Ynmaculada Cruz HierroSanto Domingo

La televisión registra una inusual tendencia al exceso verbal de algunos de sus protagonistas. En otros casos refleja un lenguaje discriminatorio por preferencias sexuales y hasta por aspectos físicos de las personas. Las burlas o situaciones engorrosas se repiten en diferentes programas.

Y que se usen palabras subidas de tono y otras que son impublicables es cada vez más normal, aunque sea un mal presagio para una sociedad que luce indiferente ante estos casos.

Un caso reciente es el de la presentadora dominicana Francisca Lachapel, de “Despierta América” (Univisión), quien fue objeto de un señalamiento que generó odio y violencia verbal entre sus seguidores.

Una opinión del comentarista de farándula José Ángel Morban, en el que cuestionó la belleza física de Lachapel (llamándola “fea”), provocó un rechazo agresivo de parte de los fanáticos de la presentadora, que con escritos homofóbicos cuestionaban la preferencia sexual del comunicador, y, peor aún, hasta se ofreció dinero a quien le propinara a él una golpiza y subiera el video a las redes sociales.

La violencia verbal se ha visto tan desbordada en los últimos meses que hasta han obligado a la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía a sancionar a algunos actores de estos sucesos.

Así se vio como Cristian Casablanca se fue en improperios contra un comunicador que cuestionó su fortuna. Y también como Nelson Javier (El Cocodrilo) utilizó palabras inapropiadas para referirse al embajador de EEUU.

(+) MANZANA DE LA DISCORDIA PRESENTADORA: El caso reciente, en el que Francisca Lachapel aparece como la manzana de la discordia, ha traído al tapete la violencia verbal que se emite y se consume cada día en los medios de comunicación.

A pesar de lo grave de la situación en el país, se ha debatido en muy pocas oportunidades sobre el tema, y aunque existe el reglamento 824 que creó la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, la institución no funciona. También existe un sector de la sociedad que entiende que este reglamento atenta contra la libertad de expresión, pero otros entienden abogan por una regulación para los medios de comunicación, como lo propone el periodista Adalberto Grullón.

Regular contenidos debe ser prioridad A pesar de que existen sectores de la sociedad que entienden que regular los contenidos en la radio y la televisión atenta contra la libertad y libre expresión de pensamiento, hay una gran mayoría preocupada por los excesos verbales que se vienen difundiendo desde hace años, y que de un tiempo acá se han intensificado, dejando alarmados a aquellos que creen que es necesario legislar para tener un contenido más sano en los medios de comunicación.

En todas partes del mundo los medios están regulados. La referencia para República Dominicana son las grandes naciones democráticas a nivel global, como Europa y Estados Unidos, donde vigilan y cuidan su contenido.

El periodista Adalberto Grullón, un estudioso del comportamiento del desarrollo de la televisión dominicana, es de los que creen que deben de existir leyes para evitar los excesos verbales y la vulgaridad tanto en la radio como en la televisión.

“En República Dominicana hay una doble ausencia de legislación, que tiene que ver con el tema que se trata de la violencia en la televisión. Por un lado, aquí no existe ninguna ley que regule en la televisión, en materia de contenidos, a no ser la que crea la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía. No tenemos una ley que regule los contenidos de la televisión, más allá de esa comisión”, indicó. Resalta que esa comisión es obsoleta e inapropiada en estos tiempos, y totalmente desacreditada porque la entidad aparece de vez en cuando. “Más bien a mi juicio es espectacular, más que un esfuerzo por garantizar que los contenidos que divulga la televisión sirvan al desarrollo, a la educación y no a la alienación, al morbo, a la propagación del odio, como la práctica que está ocurriendo en el día de hoy”, agregó.

El comunicador Pablo Ross también es de los que se suman a la regulación de los contenidos. Al igual que Grullón entiende que el reglamento 824 es obsoleto y debe ser revisado.

“La violencia que se está ejerciendo en los medios de comunicación, esa incontinencia verbal, todas estas malas palabras, todo este contenido tan grosero de nosotros los presentadores, tanto en la radio como en la televisión, eso hay que detenerlo. Porque si queremos construir una sociedad más sana, más participativa y más justa tenemos que detener la violencia verbal en los medios de comunicación, porque la violencia verbal es el primer paso, ante de la violencia física”, expresó Ross.

Opiniones LOS EXPERTOS Adalberto Grullón) “También tenemos la ausencia de una ley anti-odio en República Dominicana. Los países que han logrado mayores avances en materia democrática, son los que tienen muy bien reglamentado lo que está prohibido. En la constitución de la República, en el artículo 39 habla de que somos una sociedad plural, respetuosos de la distintas culturas, respetuosos de los derechos individuales y colectivos, pero no tenemos ninguna ley que regule la aplicación de ese artículo, y como no tenemos una ley que regule ese artículo, ocurre que aquí nos burlamos de la gente por su preferencia sexual y fomentamos el odio contra esa persona, nos burlamos de la gente por el color.

Pablo Ross) “Esta situación es el resultado del proceso de deterioro que vive la sociedad dominicana, tenemos que decir que esto es reflejo de cómo anda la sociedad. No tenemos una plataforma cultural que sea fuerte, un sistema de museos, un conservatorio en donde los jóvenes vayan a aprender música, no tenemos escuelas con instrumentación donde los muchachos estudien y aprendan. La moral y cívica ya no se imparte en las escuelas. Hay un proceso de desorden en el país, que hay que arreglar. Así como fuimos capaces de reformular la Constitución en un solo día, debemos ser capaces de reestructurar esas leyes obsoletas de expresión y pensamiento”.

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