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DESDE LA ÚLTIMA BUTACA

Spotlight

Recomiendo esta película, sobre todo para aquellos colegas dedicados al periodismo de investigación.

Como cinéfilo, también la recomiendo por la pulcritud de su guion, la efectividad de su puesta en escena, el memorable trabajo de sus protagonistas y la valiente mirada de su director al evadir toda complicidad con el thriller, el suspense, la intriga, los golpes y chistes evasivos.

Thomas McCarty evita asirse por las ramas de la historia. Se acerca a la personalidad del profesional del periodismo, sin detenerse en su vida privada o en los destellos colaterales que afectan su papel como miembro de la sociedad.

El director enfoca sus cañones al proceso de investigación, al desvelo por conseguir la verdad, a la vocación de no darse por vencido, a la insistencia, al trabajo en equipo, al respeto a la profesión que ejercen y, sobre todo, a no dejarse dominar por la pasión.

Quien busque en esta película una trama singular donde los personajes llevan sus problemas a una sala de redacción, donde los periodistas encuentran sus historias, como por arte de magia, donde el ingenio, el chisme, la envidia y el sensacionalismo roen las entrañas de un oficio desconsiderado y manipulado hoy por las altas esferas del poder, saldrá de la sala con olor a aburrimiento.

Sin embargo, quien pretenda descubrir cómo los profesionales pasan semanas, meses, años, detrás de un caso, apoyados por la más alta dirección de su diario, sin permitir que los jerarcas se inmiscuyan en el resultado de lo que hacen, elevarán la frente en señal de orgullo.

Todavía quedan periodistas dispuestos a no cruzar la raya de la corrupción, la autocensura, el facilismo y el detalle intrascendente.

“Spotlight” es una cinta que dejará huellas en la historia del cine y, por qué no decirlo, del periodismo.

Michael Keaton otra vez se entrampa en una sala de prensa, dispuesto a saltar sobre las piedras que alguien coloca en su camino. Ya lo hizo con rigor en 1994, a la orden de Ron Howard en “The paper”. Aquí, ahora, encarna a un personaje mucho más depurado, maduro y dispuesto a jugar con fuego, aunque se queme las manos. El flemático Liev Schreiber representa muy bien la frialdad profesional del editor del periódico (judío en su caso y, por ende, no comprometido con el catolicismo) que no solo orienta el sentido de la investigación, sino que defiende la integridad de su trabajo y el de sus reporteros.

También sobresalen el emotivo Mark Ruffalo o la insistente Rachel McAdams, integrantes de un equipo que cambian de color con sagacidad y sentido estético cada vez que el guion lo exige. Dentro de ellos no cabe la emoción, ni la nostalgia.

La sencillez de la puesta en escena, la formidable manera de detallar el relato cinematográfico y la ausencia total de fisuras tecnológicas hacen de este film un producto que no pasará inadvertido. Tal vez los “cerebros preciosistas”, necesiten un par de buenos lentes para disfrutarla.

Ficha técnica País: Estados Unidos. Año: 2015. Duración: 128 minutos Director: Thomas McCarty. Guion: Thomas McCarthy, Josh Singer. Reparto: Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachel McAdams, Liev Schreiber y John Slattery. Premios: Tres nominaciones a los Globos de Oro 2016, Mejor película, Mejor Director y mejor Guion. Sinopsis: Basada en hechos reales, narra la historia de un pequeño equipo de redactores del periódico “The Boston Globe” que emprende la misión de investigar la complicidad de la alta jerarquía de la Iglesia Católica con los párrocos y obispos pedófilos.

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