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Bachata

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Grisbel Medina R.Santo Domingo

Los pasitos laterales de la bachata, su golpecito de cintura, el quejido azucarado de sus acordes, eran prohibidos en una época. Era música de guardia objetaba y mal vista en casas de familia y círculos sociales. Con el género musical cuya patente se le atribuye a Rafael Calderón, ocurrió lo mismo que con el merengue: al principio padeció censura hasta que la fuerza de la gente lo ubicó en tronos de preferencia.

La bachata es un retrato muy nuestro, es un busto a los amores, a las virtudes, al machismo a superar y la huella honda de la pobreza. Como ritmo no se ha cansado de esperar. En 55 años de vida, el brillo y el porte bachatero esperaron tranquilos en la parte inferior de las casas. Poco a poco enamoraron a los jóvenes y colándose en la diáspora, las cuerdas de su guitarra deslumbraron a mozalbetes que regresaron a Dominicana con su CD debajo del brazo y el pasito lateral a flor de piel.

Hoy la bachata es la música más consumida en los hoteles dominicanos, no falta en los espectáculos y cuando la “cosa está lenta” los bachateros continúan reinando en el toque de fiestas. Si vas en crucero o viajas a cualquier isla, te apodan bailarina y hasta te ofrecen dinero si descubren en ti la sensualidad del estilo bachatero. Para tener una idea de su impacto, que alguien le meta lápiz a la fortuna de Anthony Santos (y la devoción del público en sus fiestas), al patrimonio del cacique Raulín Rodríguez y los bonos universales de Romeo Santos.

Por eso me siento muy agradecida de vivir en el Centro León una jornada de tres días dedicada íntegramente a la bachata. El séptimo Congreso Internacional Música, Identidad y Cultura en el Caribe, “Bachatas y cuerdas en las expresiones musicales del Caribe”, fue un banquete de ponencias, testimonios, análisis, investigación y profundo amor por las cuerdas que se cantan y se lloran originalmente desde esta patria tan querida.

Somos un país rico en corrientes culturales, en ritmos, en quehaceres. Pena que a menudo el gusto popular lo determine quien lleva más en los bolsillos. Por suerte que la bachata no fue amiga de Penélope y su enorme impacto ha puesto a bailar a millones en puertos y continentes. #YoBailoBachata es la consigna ponderada desde el Patio Caribeño del Centro León.

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