El magisterio, una vocación

Desde los tiempos remotos ser maestro ha representado uno de los mayores retos para las personas que optan por el arte de enseñar. Educar va más allá de transmitir los conocimientos plasmados en el currículo educativo, consiste en preocuparse porque el alumno adquiera nuevas habilidades y explote sus competencias innatas.

“Es un privilegio ser educador, pues se considera como una de las carreras más acabadas y unas de las profesiones más comprometedoras del mundo”, expresa la directora de la escuela Abrahan Alonzo, Ydalgisa Filpo.

Asimismo, María Núñez Capellán considera que, el factor principal que debe llevar a una persona para estudiar educación es la vocación y el deseo de enseñar a los demás, para así aportar a la sociedad.

Dentro de las características vitales de una aspirante a esta labor tiene que prevalecer la disposición de servicio, interés por innovar, amplia cultura, e inclinación por siempre prepararse.

Del mismo modo, Ydalgisa Filpo piensa que lograr penetrar al interior de cada ser humano: estudiante, padre, madre o tutores es una de las grandes oportunidades que permite esa profesión porque cada ser humano posee diversas maneras de ver la vida.

Predicar con el ejemplo es lo que arrastra al ser humano a ser digno de admirar en la comunidad donde labora y te permite llegar con transparencia a las personas que te rodean. María Núñez, una maestra de vasta experiencia, exhorta a la juventud que desea desempeñar la carrera de educación en la actualidad, que su norte sea siempre fomentar valores para formar entes de bien en la sociedad.

En el mismo orden, Ydalgisa Filpo exhorta a que, el nuevo facilitador debe revestirse de paciencia y saber dejar los problemas al ingresar al plantel educativo, para poder enseñar.