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Destino

Rancho Don Lulú, un compromiso con la naturaleza

Por su alto grado de compromiso con la preservación de los recursos naturales, el Rancho Don Lulú ganó la categoría de Turismo Sostenible en la quinta entrega de los Premios Atabey.

Compromiso. A través de un programa que respaldan instituciones como Banco Ademi y la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, la Fundación Don Lulú capacita almas nuevas para que divulguen las buenas prácticas sobre biodiversidad.

Compromiso. A través de un programa que respaldan instituciones como Banco Ademi y la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, la Fundación Don Lulú capacita almas nuevas para que divulguen las buenas prácticas sobre biodiversidad.

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Yomaira Del Rosario / Especial para El NorteSan Francisco de Macorís

En la localidad El Cadillar, de San Francisco de Macorís, en la provincia Duarte, hace casi 26 años se tejen acciones bondadosas de protección y promoción de la reserva científica Loma Quita Espuela, refugio de especies nativas y extranjeras.

La Fundación Loma Quita Espuela, que cuenta con 14 guías y 16 guardaparques, promueve prácticas de cuidado al medio ambiente, en especial por la reserva científica que le da el nombre y en esas tareas involucra a toda una comunidad e instituciones.

“El cacao es nuestro tesoro”, se le oye decir a la gente de trato afable y cálido que convive alrededor de la Loma Quita Espuela, en 35 localidades campesinas que tienen en la producción y cultivo de este fruto, la base de su economía.

Desde la comunidad El gestor ecoturístico Jesús Moreno, miembro activo de la Fundación, reseña que alrededor de la loma, el cacao se ha salvado “porque ha dado vida a la gente”.

En la zona se produce el 70 por ciento del cacao orgánico hábil para la exportación, salvo el inmenso bosque, y por ende, a sus especies amenazadas con su desaparición; por el desmonte de miles de árboles, acción que genera un descenso en el costo del producto.

Entienden, de modo llano y sorprendentemente lógico, la importancia de esta tarea, y el ejemplo más elocuente es Amparo Amarante, empleada del proyecto ecoturístico Rancho Don Lulú, que ve en la loma una “fuente de vida”.

“Porque lo poquito que nosotros podemos hacer aquí, es como una semilla que germina y riega (esparce) aire más limpio hacia otras partes del mundo” indica la dama, con pronunciados gestos, buscando convencer con su teoría.

Los laboriosos habitantes hacen del cacao el principal agente atrayente de los más de 3,000 visitantes que reciben anualmente y que encuentran dónde disfrutar de la calidez del ambiente en Rancho Don Lulú.

El proyecto ecoturístico Llegar a Rancho Don Lulú, donde hay un compromiso sincero con la vida y la permanencia de los recursos naturales, obliga a un cambio de mentalidad por el amor que hay en estos rostros hacia las acciones cotidianas que realizan.

El rancho, administrado por la familia Amarante, sirve de hogar a la gestión del proyecto ecoturístico y ofrece una placentera estadía al visitante con un costo módico de 1,200 pesos por persona que incluye desayuno, almuerzo y cena. Además de un descanso ligero sobre alcobas con estilo campestre. Las visitas guiadas cuestan 500 pesos.

Don Lulú cuenta con dormitorios de dos niveles, con capacidad para más de 40 personas, subdividido en ocho habitaciones individuales. Hay también disponibles, salón, comedor, baños, hamacas, cafetería, y atractivos para el entretenimiento como mesa de villar y dominó.

La agencia Summa Consultores, que regentea la periodista Ivonne Soriano, organiza excursiones con miembros de la prensa hacia el Rancho, con la finalidad de que los comunicadores de todo el país, sirvan de portavoces de las bondades del lugar y el compromiso que tienen sus habitantes con su entorno.

Las capacitaciones que se realizan benefician a decenas de jóvenes, mujeres y hombres.

EL SENDERO DEL CACAO EN EL RANCHO Penetrar al bosque húmedo a través del sendero, es toda una aventura con olor a cacao. Los cacaotales, que han hecho de sus hojas secas una especie de playa, al caer sobre el suelo, sorprenden tanto como el recorrido por las laderas del afluente Los Bracitos, que lo conforman pequeñas cataratas naturales y balnearios improvisados con idea emprendedora.

Martín Jiménez, es uno de los guías del proyecto. El amor por la actividad que desempeña le brota al hablar de los reservorios naturales a los que llama su “empresa ecoturística”.

La nublada montaña, es refugio de especies como el Solenodonte, que está en extinción; así como la Jutía y el Zorzal, este último, un ave migratoria oriunda de Canadá y Estados Unidos, y que viaja hasta nuestras montañas.

Piscina. El agua que circula en el espacio acuático es obtenida desde el río El Cadillar de la localidad.

Diversidad. En el sector, emanan importantes afluentes como el Jaya, río que serpentea a San Francisco de Macorís y el río Cadillar.

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