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Formación

Ser scout es un estilo de vida

Familia. La integración familiar juega un rol importante en la activación de un grupo scout. Deben de asumir un sentido de colaboración en la organización de actividades y ser partícipes de la vida en grupo, formándoles como entes sociales integrales, expone Hernández.

Familia. La integración familiar juega un rol importante en la activación de un grupo scout. Deben de asumir un sentido de colaboración en la organización de actividades y ser partícipes de la vida en grupo, formándoles como entes sociales integrales, expone Hernández.

La niñez y la adolescencia son etapas donde la memoria conecta con aventuras y fantasías. La imaginación crece y las ideas fluyen con espontaneidad. El juego y el entretenimiento en estas generaciones representan un mundo para explorar.

Robert Baden Powell identificó cada una de esas actividades en el mundo de los niños y niñas. Desde entonces, se preocupó por crear un método que le brindara a los infantes diversión, y a la vez, les formara para su vida presente y futura; así nace el Movimiento Scout Mundial.

Este fue el detonante para que diversas naciones del mundo comenzaran a formar agrupaciones de scout. Es el caso de República Dominicana, que desde el 1966 reconoce a la Asociación de Scouts Dominicanos como una institución juvenil de interés social.

El director ejecutivo de la Asociación de Scout de la región norte, Dionisio Hernández, cuenta que los primeros pasos para constituir el movimiento se dieron a principios del siglo XX, y que posteriormente, a través de la Ley 246, la Constitución dominicana asigna figura jurídica a la institución que hoy representa un espacio de conquista juvenil y aprendizaje cotidiano.

Familia scout Los integrantes de esta agrupación se sonrojan al hablar de lo que significa ser scout; la fuerza de sus palabras denota orgullo y entusiasmo. Las actividades se realizan mediante principios formativos; cada entrenamiento forja un valor y representa un trabajo.

Freddy Mora tiene nueve años siendo scout. Al narrar sus vivencias expresa que desde que pertenece a la institución encontró los hermanos que no tuvo. Es hijo único, y para él compartir con personas de distintas culturas y formaciones ideológicas es un premio porque comprende que a pesar de las diferencias existe algo que los une.

“Ser scout marcó mi vida y me formó como líder para los trabajos comunitarios, y posteriormente profesionales. A través de los entrenamientos perdí el miedo escénico, aprendí a sonreír a pesar de las dificultades. Allí fragüé mis mejores amigos hasta la actualidad”, así se expresa Leonardo Pérez, quien fue Scout en su niñez y ahora es coordinador de la agrupación scout de Baitoa.

Formando líderes El mayor deleite de la familia scout es participar de las ceremonias de las fogatas en las noches, donde se realizan diferentes manifestaciones artísticas. Leonardo Pérez, explica que a través de estas acciones el grupo se integra y hace que los jóvenes y adolescentes desarrollen sus destrezas y habilidades.

El movimiento scout comprende un proceso formativo para el desarrollo del liderazgo. El impulso de la voluntad tesonera en la moral, el amor a Dios, a la naturaleza, la lealtad a la patria y un elevado grado de compromiso social.

EXPERIENCIAS QUE DEJAN HUELLAS Apreciar la naturaleza, sus campos y descubrir sus secretos es parte de la encomienda. Las jornadas de trabajo de los Scout están presentes durante el año. “Las principales actividades comprenden acampar en tiendas de campaña, juegos cooperativos, técnicas de campismo; nudos, construcciones, cocina al aire libre, supervivencia, constelaciones, brújula y reproducción de huellas. También juegos interactivos, canciones, excursiones y formación ciudadana”, precisa Hernández con esmero y satisfacción.

El destello de emociones y alegría se identifican en las expresiones de cada scout. Los días concurren con un nuevo episodio, pero la organización y formación guían cada experiencia.

Para Allison Olivares Román, pertenecer al movimiento representa un honor porque las enseñanzas cambian la vida del participante y le forma en valores.

Gabriel Méndez es un joven apasionado por el escultismo. Cada trayecto recorrido le ha enseñado a disfrutar del viento fresco, del pasto verde, el cielo azul y de la ternura desprendida de cada paisaje y zona montañosa del país.

Contribución social El principal aporte es que trabaja con la formación de los infantes, adolescentes y jóvenes; facilitándoles herramientas para discernir entre el éxito o el fracaso.

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