Fundación Mujer Iglesia, por y para las mujeres

Nacida en la Parroquia Nuestra Señora de La Altagracia de Santiago, la Fundación Mujer Iglesia lleva 31 años dedicada al servicio desinteresado en favor de la mujer. Esta organización se enfoca en la autogestión social y económica de la que, ellas mismas llaman, mujer organizada.

Sus acciones se hacen sentir en la zona rural y suburbana de la provincia, siendo beneficiadas unas 800 mujeres, 300 niños, niñas y adolescentes. La responsabilidad, solidaridad, equidad, justicia y respeto son los valores que las representan.

Inicios El 1 de mayo del 1984 comenzó su recorrido; se ubicaban en el sótano de la casa curial de la parroquia. Médicos españoles que trataban en aquel tiempo, pacientes con VIH observaron el trabajo de la fundación y quisieron tender su mano. Vieron que en las condiciones en que se encontraban no había la privacidad necesaria para tratar a una persona víctima de violencia, por lo que les otorgaron la casa donde se encuentran actualmente en el sector Los Pepines de esta ciudad.

Ana Rosa Betances, coordinadora de la fundación, relató que en el sur del país existe una fundación de la iglesia católica llamada Radio Enriquillo, donde hace poco más de 30 años trabajó como voluntaria con las mujeres del lugar, dándose cuenta de que ese tipo de trabajo era necesario en Santiago.

Al llegar aquí, hicieron un levantamiento con la parroquia para ver cuántas mujeres habían alrededor de ésta, qué tipo y a qué se dedicaban. “Vimos que en cada comunidad había un grupo de mujeres y decidimos trabajar con ellas, desde su ser de mujer, su identidad, cuáles son sus derechos y deberes”, expresó Betances.

“Las mujeres fueron entrando en un proceso de desarrollo de conciencia crítica, con muchas potencialidades. En todo eso el tema de violencia no salía, a mi me preocupaba y buscamos la forma de sensibilizar el terreno para que el tema saliera a flote y así luchar contra la discriminación e irse empoderando”, agregó Ana Rosa.

EN LA ACTUALIDAD Durante 31 años la fundación ha ofrecido ayuda económica a las mujeres que han deseado emprender sus propios negocios, le facilitan préstamos con un pequeño margen de beneficio económico para la institución para que estas puedan desarrollar proyectos como salones, colmados, frituras, venta de ropa, manualidades, entre otros.

Ofrecen además ayuda psicológica para las mujeres, adolescentes y parejas, así como también consultoría legal.

Organizan en verano, campamentos con los hijos de las mujeres a quienes ayudan; los niños pequeños asisten y los grandes son entrenados para encargarse de la animación; esta actividad ya tiene aproximadamente 12 años realizándose con éxito.

Sus objetivos Buscan propiciar el desarrollo de La Nueva Evangelización, que rescata la dignidad de la mujer, para que sea agente de su liberación y pueda articular con otros grupos de marginadas. Apoyar a las mujeres a organizarse en torno a un proyecto de autogestión productivo, para hacer frente a la crisis económica que nos afecta y a la vez desarrollar una alternativa de empoderamiento personal y comunitario.