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Labor

'Los Chiriperos' rostro del trabajo informal

La falta de oportunidades y la ausencia de políticas educativas no son pretextos para que hombres y mujeres se levanten todas las mañanas a conseguir el sustento de cada día. Sin horarios ni seguridad laboral, cientos de personasdesafían el clima y se enfrentan a su jornada cotidiana.

Más allá de las secuelas del desempleo, una historia de vida subyace en los rostros de aquellos que aprendieron a “buscarse el moro” a base de ingenio y maniobras; para ellos el trabajo consiste en aprender un oficio de manera intuitiva y ejercer el derecho de ganarse la vida a través del esfuerzo.

El guía turístico Jovany De Jesús López narra que empezó a trabajar en el año 1986, “vendía dulces y limpiaba zapatos en el Monumento, muchos de los visitantes eran turistas hispanos interesados por conocer la ciudad”, en ese momento vio la oportunidad de un nuevo oficio, que cuatro años más tarde, en el 1990, lo llevaría a vivir a Puerto Plata.

En las playas del atlántico, su primer empleo fue como vendedor de coco, donde aprendió a hablar inglés, alemán y francés de “muelle”, como lo clasifica; su agilidad para comunicarse en distintos idiomas le permitió desarrollarse como guía turístico durante cuatro años.

“Dios es bueno y bondadoso, él le da dones a la gente, y yo soy un ejemplo”, afirma De Jesús, quien desde 1994 se dedica a ofrecer sus servicios en la calle El Sol, esquina San Luis, su labor consiste en identificar a los turistas y, posteriormente ofrecerle un ‘tour’ por los lugares más importantes de la ciudad. Se gana el sustento de su familia interactuando con los extranjeros en un recorrido que va de desde el Centro Histórico, pasando por la fortaleza San Luis, el Mercado Modelo y el Monumento a los Héroes de la Restauración hasta llegar al Centro León.

“Cobro un promedio de 20 dólares por cada excursión, a veces me voy sin ni un peso en los bolsillos pero al día siguiente regreso con más fe porque quiero darle a mis hijos la educación que yo no tuve” dijo De Jesús López.

Un artista por necesidad Tony Campanita desconoce la teoría del color y la armonía en la composición, sin embargo lleva dos décadas pintando paisajes y símbolos de la cultura dominicana, sus lienzos son las camisetas que adornan las aceras de la calle San Luis, en los alrededores del Instituto Postal Dominicano, Santiago.

Es oriundo de Tamboril, lleva cincuenta años viviendo en Santiago y desde entonces trabaja en el sector informal, primero cambiando dólares, luego en una paletera y por la falta de demanda en 1995 decide incursionar en la pintura.

La mayoría de sus clientes son dominicanos radicados en el extranjero y turistas que visitan la ciudad en verano, “en este negocio hay días que me gano 500 pesos, otros días 2,000 y a veces nada”, expresó el pintor.

CHIRIPERO DE TODA LA VIDA

Ramón Arturo Reyes, conocido como Cucharimba, el señor de tez oscura, que con el truco del periódico y el pañuelito rojo se presenta en los lugares de diversión.

Antes de ser Cucharimba, fue mochilero en el Estadio Cibao, aprendió a reparar muebles y hace más cuarenta años realiza espectáculos de magia en cumpleaños, fiestas.

En la temporada de beisbol se convierte en un atractivo para los fanáticos de este deporte. “Cuchara” cultivó su talento para hacer magia; que según él son ilusiones ópticas, este oficio le permite llevar el sustento a su familia y entretener a miles de personas.

Frutero universitario En la Avenida 27 de Febrero, casi esquina calle SabanaLarga, se encuentra el puesto de frutas de Zacarías Galo Toribio, un padre de familia de 36 años de edad, que inicia su jornada de trabajo a las cinco de la mañana en el Hospedaje Yaque.

Zacarías vende frutas acompañada de una sonrisa y recibe a sus clientes con un “Buen día”, con su amabilidad y dotes de comerciante se gana el cariño y la confianza de quienes a diario circulan por esa cuadra.

Este frutero es nativo de Cienfuegos, durante dos años cursó la carrera de Mercadeo en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), profesión que no pudo terminar por limitaciones económicas.

A pesar de que en el año 2003 tuvo la oportunidad de trabajar en zona franca, afirma que disfruta su trabajo y lo que más le gusta es interactuar con la gente.

Informal. Según el criterio de la Organización Internacional del trabajo (OIT), la incidencia del trabajo informal revela los bajos niveles de escolaridad. Datos de la misma entidad revelan que el índice de informalidad en las labores en República Dominicana es de 78 por ciento.

Funciones. El guía, el pintor, el estudiante que vende frutas y elmago, son el vivo ejemplo de que cuando no hay opción, se inventa.

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