Envejecer

La única seguridad social dominicana es la familia® escuché una vez de Pedro, a quien le inquietan los viejitos que desandan en las calles de Dios. Una manifestación cruel es la frase extendida de que ®lo más pesado es un viejo sin cuarto®, porque si el envejeciente es adinerado es un abuelito simpático o una abuelita linda y ocurrente.

Lo cierto es que aparte del pecado social que significa bañarte en canas y pliegues (la industria estética explota la baja autoestima para vender sus cremas) envejecer en República Dominicana es un acto para valientes. La angustia que genera el cómo me voy hacer cuando llegue a vieja, a cualquiera lo fulmina en la víspera.

Primero los trabajadores necesitan 300 y pico de cotizaciones para recibir ¿su? dinero a los 60 años. Lo segundo es que de forma cíclica la clase política se inventa iniciativas recaudadoras que terminan diezmando el cada vez más vapuleado patrimonio individual. Como si fuera poco, debo pagar impuestos por mis propios ahorros en el banco y el Estado multa con altas imposiciones a quienes deciden asumir préstamos para adquirir una propiedad y comer del alquiler.

O sea, todos los caminos posibles están truncados por impuestos, corrupción, tráfico de influencia y escasa posibilidad de envejecer con dignidad. Si a eso le sumamos una enfermedad o discapacidad temprana es que más recobra actualidad la sentencia de Pedro: ®La única seguridad social dominicana es la familia®, pues si una persona carece de parientes, la tragedia mayor sería. Un ejecutivo cercano se sentó con su esposa para analizar cómo se las arreglarían en caso de una eventualidad. Para él que tiene un buen salario y tres hijos, es una gran preocupación crear maneras de sobrevivencia porque como bien dijo ®aquí nada es seguro®.

En otros países la vejez es sinónimo de sabiduría y cuidado. En Cuba hay programas de animación para divertir, asistir y ocupar a la población dela tercera edad. En Cutupú, La Vega, existe el Proyecto de Alimentación Comunitaria para ancianos muy pobres, muchos con discapacidad, quienes ®llueve, truene o ventée¥® reciben una ración diaria de alimento gracias al proyecto fundado por la sobreviviente de cáncer Vienchy Molina. Envejecer no solo es pecado, también para gente corajuda.