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Trabajo

Labores cotidianas e imprescindibles

Siempre. Tanto Alberto Antonio Tavares, Marianela Batista, Ramón Antonio Rodríguez Álmanzar y Faustino Sánchez están dispuesto a dar lo mejor de ellos en cada momento de su trabajo. Aseguran que poner la mejor voluntad les facilita la tarea realizada cada día que transcurre, y así pueden brindar un mejor servicio a todas las presonas a las que le ayudan.

Siempre. Tanto Alberto Antonio Tavares, Marianela Batista, Ramón Antonio Rodríguez Álmanzar y Faustino Sánchez están dispuesto a dar lo mejor de ellos en cada momento de su trabajo. Aseguran que poner la mejor voluntad les facilita la tarea realizada cada día que transcurre, y así pueden brindar un mejor servicio a todas las presonas a las que le ayudan.

Cada día que transcurre lleva consigo la marca del trabajo realizado. La magia de conseguir un alimento que propicie la energía para seguir el trayecto, asegurar el cuidado de los infantes, tener un transporte para aligerar la distancia y poder reparar un zapato viejo de los preferidos, tienen responsable directos; quienes velan con sus funciones por ofrecer un servicio que facilite la vida de cada ciudadano y ciudadana.

El vendedor Al salir cada mañana Alberto Antonio Tavares, de 46 años, procedente de Juncalito, oferta a los transeúntes las frutas para el desayuno y las galletitas o picadera de antojos para las personas que requieran del servicio. Tavares, después de un año y medio residiendo en Santiago preparó su camión de venta de alimentos. Los taxistas, profesores, agentes de oficinas y cualquiera que camine por la avenida Yapur Dumit, se encontrará con un servicio que promete saciar su sed y hambre.

Su labor de vendedor la realiza desde hace nueve años, y con su trabajo mantiene su familia. Al soñar el despertador, a las seis de la mañana, se despierta para brindar su servicio y se siente feliz de “quitar el hambre a las personas”, con los frutos, jugos y galletas que proporciona.

La portera No hay trabajo que la mujer no pueda hacer, afirma Marianela Batista, de 43 años, residente en la comunidad de Arroyo Hondo Arriba, Santiago. Lleva cuatro años nombrada en el sector Educación, sin embargo, tiene alrededor de doce años colaborando en la escuela Profesor Luciano Díaz.

Su labor es de la vigilancia: cuida a los niños y niñas del peligro de la calle, de que no salgan y que no entre nadie que no esté autorizado al recinto educativo. Sus hijos adoptivos, como les considera, le dicen la portera y la reconocen en cualquier lugar que visita.

“He aprendido a dar cariño, eso es lo que más encuentro en cada estudiante. Los alumnos y alumnas cuando llegan me abrazan, y eso me hace feliz”, asegura la dama encargada de las llaves del centro educativo.

Además de ser la vigilante mañanera de la escuela, usa sus dotes creativos para tejer mientras transcurre el tiempo, oficio que aprendió a los 10 años viendo a su vecina, ella lo utiliza como una "entrada extra". Batista recomienda a las personas hacer el trabajo dignamente sin importar cuál sea.

Zapatero Los zapatos rotos, las suelas gastadas, la reparación de cualquier prenda de los pies, la realiza Ramón Antonio Rodríguez Álmanzar, quien tiene 60 años y 18 años siendo zapatero. Aprendió por su propia inteligencia a ser el doctor de los zapatos, asegura. En su casa mantiene a cuatro personas del negocio. Y lo más importante es que se gana su dinerito sanamente, nos cuenta el zapatero.

Tiene muchos clientes y clientas, la sinceridad le distingue a la hora de recomendar a sus clientes cualquier reparación. Cada día de seis de la mañana a cinco de la tarde llega a su puesto desde la comunidad La Noriega.

Motoconchista Faustino Sánchez tiene 48 años y vive en la Yapur Dumit, tiene 30 años realizando la labor de “motoconchista”, en distintos sitios.

Con ese trabajo crió a sus hijos e hijas.

Considera que su trabajo es muy importante por ser un servicio de múltiples beneficios. Ahora con el nivel de inseguridad evita trabajar en las noches.

Sus servicios van desde ir al Hospedaje, pagar agua, luz, teléfono, envíos de paquetes y búsqueda de gas. A las ocho de la mañana inicia su faena de recorrer el sector de la Villa Magisterial, de la ciudad.

Considera que deberían existir algunos privilegios para las personas que realizan ese trabajo, por ejemplo: un bono a fin de año.

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