MUNDIAL BOXEO

Púgiles pelean encima del ring y dirigentes debajo

Miembros del Comité Ejecutivo quieren "tumbar" al Presidente del AIBA

Ching-Kuo Wu, a la izquierda, atraviesa por el peor momento de su gestión presidencial en el AIBA desde que ganó las elecciones en Santo Domingo en 2006.

Ching-Kuo Wu, a la izquierda, atraviesa por el peor momento de su gestión presidencial en el AIBA desde que ganó las elecciones en Santo Domingo en 2006.

En pleno Mundial de Hamburgo, los responsables de la Federación Internacional de Boxeo (AIBA) continúan peleando por el control de una instancia a menudo sacudida por crisis y que apenas se reforma.

En un lado del ring, el taiwanés Ching-Kuo Wu, presidente de la AIBA desde 2006 y miembro influyente del Comité Olímpico Internacional (COI). En el otro, sus oponentes, representando a la mayoría de los miembros del Comité Ejecutivo y reunidos en el seno de un Comité interino (CMI).

Los segundos reivindican el poder y quieren derrocar al presidente, al que reprochan "una gestión financiera poco concordante y que pone en peligro la AIBA".

Según ellos, la AIBA "no está en medida de pagar" deudas de 15 millones de francos suizos (15,7 millones de dólares). "Falso", contesta Wu para quien la AIBA, con una situación financiera "sana" dispone de "16 millones de francos suizo en el banco" (16,8 millones de dólares).

Debate financiero

Reforzados por comunicados y otras decisiones presentadas como oficiales, los opositores liderados por el italiano Franco Falcinelli y el canadiense Pat Fiacco intentan mostrar que se han hecho con el poder.

Los rebeldes, que hacen valer que han dejado en minoría al presidente Wu en un comité ejecutivo celebrado en Moscú en julio, reivindican el control de la federación o la nominación de un administrador.

La justicia suiza, a la que han acudido las dos partes, rechazó el 7 de agosto "las demandas urgentes de medidas provisionales" y ha mantenido el statu-quo. Un tribunal de Lausana tomará a mediados de septiembre una decisión sobre la suerte de la AIBA.

Por su parte, Wu repite que es "el presidente legítimo" y continúa administrando su federación con su director general, el francés William Louis-Marie, "conforme a los estatutos".

"Me reuní con federaciones y recibí mucho apoyo", respondió Wu.

Congreso en Dubái

Un congreso extraordinario debe celebrarse a principios de noviembre, y ahí también existe una guerra de comunicados. El CMI anuncia que, según una decisión del comité ejecutivo, este congreso se celebrará el 12 de noviembre en Dubái.

"Continúan mintiendo", responde Wu. "No tienen ningún derecho de decidir el lugar del congreso, que se celebrará en Lausana, en terreno neutral. ¿Quién pagaría por un congreso en Dubái? Ello levantaría más sospechas", indicó.

Wu había sucedido en 2006 al frente de la AIBA al paquistaní Anwar Chowdry y después inició un trabajo de limpieza de una federación con prácticas a menudo contestables.

"Con la llegada de Wu, parecería que las cosas irían mejor. Hubo bajo el mandato de Chowdry asuntos muy raros y es conocido que se podía en la época comprar medallas", afirma un miembro del COI, de forma anónima.

"Es difícil comprender los entresijos de la crisis actual. ¿Wu fue imprudente o demasiado ambicioso en materia de inversiones? ¿Se trata de una revancha de antiguos dirigentes?", se interroga el mismo miembro del COI.

Cuando el presidente del COI, Thomas Bach, tras el vasto escándalo de corrupción en la FIFA, continúa un trabajo de reforma de la gobernanza de las federaciones internacionales y en su propia instancia, la crisis en la federación de boxeo, miembro histórico del movimiento olímpico, hace mal efecto.

Invitado en la inauguración del Mundial de Hamburgo, en su propio país, Bach declinó la invitación y se contentó con enviar un mensaje.

El COI explica que "los acontecimientos a los que la AIBA se enfrenta actualmente no constituyen el mejor ambiente para una visita del presidente el COI al Mundial".

"Una visita así podría ser interpretada por cada parte como una demostración de apoyo", añade el COI, que no quiere tomar parte en "una lucha interna de poder en la AIBA, cuando el proceso judicial continúa".