“BLINDADOS”

BLINDAR: Los vehículos blindados son utilizados con fines de protección y seguridad. Los equipan para prevenir o desviar cualquier ataque hacia las personas que van dentro del mismo con el fin de evitar una muerte o fatalidad. Estos carros generalmente son utilizados por personas famosas, de alto perfil, funcionarios, artistas, atletas y hasta narcotraficantes cotizados.

Blindar: Acorazar y proteger con planchas de diversos materiales contra agentes externos como proyectiles, radiaciones, etcétera.

La vida del atleta es un vehículo que debe estar blindado. Hay agentes externos que atentan y amenazan contra la estabilidad y orden que amerita la vida de un deportista. Esos agentes externos buscan perforar la seguridad y destruir la integridad física, mental o emocional. En esa integridad física o mental se encuentra la esencia de la vida del atleta y su rendimiento.

AGENTES EXTERNOS: El atleta tiene muchas cosas que blindar, desde su carácter, hasta su salud física. Hay agentes externos que vendrán a atentar contra la ecuanimidad de un carácter tranquilo, apelando al descontrol y precipitación. Esos agentes pueden venir a través de una situación personal, un tercero, una acción en el juego, un artículo en un diario o una reacción hostil de un fanático. El atleta debe blindar su temperamento a toda costa, evitando así un incidente complicado y el descontrol por una provocación.

Hay agentes externos que apelaran a la salud. Desde no fortalecer adecuadamente áreas del cuerpo, hasta ingerir alcohol, cigarrillo u otros vicios. Hay agentes voluntarios y otros involuntarios; unos pueden venir por lesiones que son parte del riesgo de ser deportista, pero otros se producen por puras decisiones. El atleta debe entender que su cuerpo es la herramienta de trabajo y debe protegerlo y guardarlo hasta de sí mismo. No importa que tan bien lo haga sentir un vicio (fumar, beber), el mismo puede perforar a corto o largo plazo un órgano vital. Hay atletas que son tan tercos que ellos mismos se constituyen un agente interno de auto-destrucción, mucho más nocivo que cualquier factor externo.

Hay agentes externos que atentaran contra la familia. Desde malas compañías que pueden robar la atención y el tiempo, hasta una mentalidad incorrecta infundada en ser siempre un “Don Juan.” La familia es el ancla de estabilidad, reposo e identidad de un atleta. Es ese lugar de seguridad donde independientemente de lo que ocurra en un estadio o cancha, siempre será un héroe para los suyos. El atleta debe blindar con gran radicalidad, aún consigo mismo, lo que Dios le permita alcanzar con una familia. Las voces extrañas, enemigas del matrimonio, de la buena paternidad, de la fidelidad, del disfrutar las etapas de los hijos, son radiaciones nocivas que buscan burlar ese sistema de seguridad llamado familia.

Hay agentes externos que atentaran contra la profesión y el desarrollo del atleta dentro de ella. Desde la rutina del día a día, el roce con prensa y periodistas, personal mismo de la organización para la que militan, y a veces hasta compañeros de equipo. Los proyectiles de destrucción son diversos y distintos y el atleta debe tenerlo muy en cuenta para blindarse a sí mismo.

Las batallas mentales son el día a día pues el atleta siempre tendrá que lidiar con la presión de ejecutar. La vida es un campo de guerra donde cada uno recibimos entrenamiento y podremos salir a camino si nos blindamos como es debido. Dios nos podrá ayudar a mejorar, si solicitamos su ayuda en todo.

Hasta la próxima