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ATLETAS DEL PRESENTE

Betsaida y Nathalie rompen barreras a través del deporte

VINIERON DEL SUR PROFUNDO A JUGAR FÚTBOL, ESTUDIARON Y HOY SON PROFESIONALES

Betsaida Ubrí es una jugadora de fútbol que se graduó de Ingeniería en Sistema, ahora ha seguido en la universidad buscando un segundo título en Educación Física. Natalie Rosado, nativa de Juan de Herrera, se tituló de licenciada en Contabilidad y labora en una institución financiera.

Betsaida Ubrí es una jugadora de fútbol que se graduó de Ingeniería en Sistema, ahora ha seguido en la universidad buscando un segundo título en Educación Física. Natalie Rosado, nativa de Juan de Herrera, se tituló de licenciada en Contabilidad y labora en una institución financiera.

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Ramón RodríguezSanto Domingo

La práctica del fútbol no solo entretiene, forma y fortalece físicamente, sino que abre la oportunidad de estudiar y hacerse de una carrera profesional a todas aquellas que abrazan esa disciplina.

El ejemplo de Betsaida Ubrí y Natalie Rosado que abrazaron el fútbol como su deporte favorito, pone de relieve que no importa la procedencia de un deportista, si se propone una meta, puede alcanzarla, aunque ello le cueste sacrificios.

Ubrí y Rosado llegaron a la capital dominicana invitadas a participar del seleccionado nacional de fútbol femenino U-16 cuando apenas eran dos adolescentes, dejando atrás sus hogares, pero nunca perdieron de vista los estudios.

Al llegar a la capital dominicana continuaron en las aulas y unos años después ambas han recibido sus respectivos certificados de graduandas. Ubrí se tituló de Ingeniería y Sistema en la Universidad Dominicana O&M, la otra, Rosado de Licenciada en Contabilidad en la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Ahora, ambas trabajan en sus respectivas profesiones, han optado por seguir estudiando otra carrera. Ubrí ha abrazado la carrera de Educación Física en la Universidad Evangélica, mientras que Rosado estudia Comunicación Social, mención Periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Las dos permanecen en el seleccionado nacional de fútbol femenino.

Atletas Ubrí y Rosado, de la nada a profesionales Son muchos los casos en que el deporte dominicano ha impactado en la vida de jóvenes que vienen de hogares humildes y que se han abierto camino.

Hay una historia muy particular de dos jóvenes que vinieron de lo más profundo del Sur de la República Dominicana con la ilusión de hacer, no sólo carrera deportiva, sino académica, además de trabajar para su sustento y ser un complemento en el presupuesto familiar.

Dejar atrás un hogar de nutrida familia, el calor de padre y madre y muchos hermanos, unos menores y otros mayores, sin dejar de pensar la atribulada vida en que se desarrollan sus parientes por la carencia de posibilidades para tener lo que se necesita para sobrevivir. Es algo que hace más pesado el desarrollo de la cotidianidad de cualquiera.

El caso de Betsaida Ubrí, quien salió de Elías Piña a la capital dominicana con la ilusión de “echar adelante” para lograr triunfar. Ubrí fue convocada a la selección nacional Sub 16 de fútbol, cuando aún era una adolescente. Es la sexta de una familia de diez hermanos.

El otro caso es de Natalie Rosado, segunda en edad de cuatro hermanas y vino de la comunidad de Juan de Herrera, San Juan de la Maguana y siendo una adolescente fue convocada al seleccionado nacional.

Ambas vinieron con la ilusión de triunfar, pero tuvieron que enfrentar realidades comunes.

No sólo abandonar su familia en sus respectivas comunidades, vivir tan distante del calor de su hogar, estudiar y hacer deporte, demostrando calidad suficiente como para no ser apartada del seleccionado.

Betsaida Ubrí Si algo puede exhibir hoy Ubrí es que aún permanece en el equipo nacional de fútbol femenino y que con el paso de los años pudo desarrollar paralelamente sus estudios y graduarse de “ingeniería y sistema” en la universidad Dominicana O&M.

pero no se ha quedado ahí. En la actualidad cursa el séptimo semestre de la carrera de educación física.

“No quiero desvincularme del deporte, porque es mucho lo que puedo dar a favor de los niños que no importa de dónde vengan, ellos pueden triunfar”, cuenta Ubrí, recordando su pasado reciente.

Ella cuenta que practicaba fútbol en Elías Piña en un terreno polvoriento y forma parte de una familia “muy humilde”, cuya madre tiene un salón de belleza en el hogar y su padre es agricultor y relata que ambos han tenido que trabajar duro para mantener la familia de diez hermanos.

Cumplidos los 14 años, Ubrí fue invitada a incorporarse al seleccionado nacional sub 16, de inmediato aprovechó la oportunidad y las facilidades que se les ofrecieron para estudiar. “Compartía los entrenamientos con los estudios. Nunca lo dejé y después conseguí una beca en la universidad O&M y eso me facilitó las cosas”, relata la espigada jugadora de fútbol.

Gracias a su determinación, logró graduarse de “ingeniería y sistema”. Ubrí no se ha detenido, sigue estudiando y ahora avanza en sus estudios de educación física en la Universidad Evangélica, pero además trabaja en la dirección técnica de la Federación Dominicana de Fútbol.

“Con lo que gano en la federación me mantengo y puedo enviar algo a mi familia allá en Elías Piña”, añade Ubrí quien todavía no se siente realizada, a pesar de haber avanzado en su formación profesional.

Es apasionada del deporte del fútbol, disciplina que le ha permitido formarse profesionalmente, además de viajar por varios países.

Natalie Rosado Llevada de la mano de José Altagracia Rodríguez (Papolo), Rosado inició la práctica del fútbol desde los doce años, luego de haber pasado por las canchas de voleibol, baloncesto, atletismo y gimnasia.

“El fútbol fue lo que más pasión despertó en mí”, relata Rosado, quien en sus inicios fue enseñada por Arbin Méndez, en el municipio de Juan de Herrera y tras su progreso, entonces fue invitada a entrenar en el municipio cabecera de San Juan de la Maguana.

“Fueron a mí escuela buscando niños para practicar fútbol, levanté la mano y me anotaron, todo empezó ahí”, rememora Rosado, la segunda de cuatro hermanas.

Luego de ser convocada a la selección nacional, animada para que siguiera estudiando aquí por sus técnicos, llegó a graduarse de licenciada en Contabilidad en la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Esto fue el pasado año y no se ha detenido.

Ahora ha emprendido la carrera de Comunicación, mención periodismo en la UASD. Además de seguir estudiando, trabaja para una entidad financiera en San Juan de la Maguana.

“He logrado estudiar, jugar fútbol y graduarme. Ahora trabajo y creo que si he logrado esto, muchos otros también pueden, que nadie pierda de vista hacerse de un futuro”, dijo enérgicamente Rosado, invitando a los jóvenes a estudiar, además de hacer deporte.

“Tener disciplina y perseverancia, puede ser la diferencia”, dice. Hoy, con el salario que devenga, puede aportar “algún dinerito” a su familia.

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