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MUJERES DE GRANDES LIGAS

“Perro vivo VS. león muerto”

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

EL LEON Y EL PERRO: Cada quien recibe su cuota de oportunidad. La vida para llamarse justa debe proporcionar una plataforma de aproximado equilibrio en la trayectoria de cada ser humano. De no ser asi, Dios mismo estaría traicionando lo establecido por El. Muchos hemos escuchado la frase: “Ese tipo es un león.” En nuestro argot dominicano y deportivo, se refiere a alguien que es fuerte, invencible, que “resuelve” y es casi intocable; algunos sinónimos de esta frase serian el “tipo es un duro,” “se la esta comiendo,” o “es un matatan.”

Por otro lado, ser un perro no es considerado un calificativo que dignifica. El adjetivo “Perro” no es un utilizado frecuentemente en el argot deportivo o social, pues a alguien que le llamen “perro” puede fácilmente convertirse en un león y devorar a quien haya osado utilizar esa palabra. Considerar a alguien un perro es considerarlo inferior, bajo y hasta menospreciado.

El sabio Rey Salomón escribió una alegoría para comparar dos condiciones del ser humano usando estos dos animales. Es un hecho que el león es el alfa cuando se trata de dominio en su habitat de la selva. El perro no lo es. Sin embargo, Salomón utiliza los conceptos, vida y muerte, opuestos entre si, para hacer una comparación de estos dos animales que aunque uno es mayor que otro en fortaleza, eso no los exime de sufrir un revés que cambie el curso de su naturaleza.

SOLO EN LO DEPORTIVO: Un atleta que es considerado un “león” en el mundo deportivo generalmente exhibe un espíritu competitivo. La competitividad es una cualidad que debe ser desarrollada por todo atleta que quiera descollar. Sin embargo, aquel que logra conquistar y desarrollar ese espíritu también se enfrenta al desafío de saberlo administrar correctamente en la demarcación deportiva. El intentar extrapolar ese espíritu al juego de la vida, puede hacer que lo que funcionó bien en el deporte, termine siendo una desgracia fuera de el.

El atleta león debe serlo sólo en lo deportivo. Competir contra la vida y las reglas de su juego es funesto, estupido y una jugada “a menos.” Es aceptable que un deportista tenga una actitud de león en su desempeño, pero debe dejarla hasta ahí. Hay muchos “leones” que han salido de un estadio con la adrenalina a mil, el ego engrandecido, el pecho paradito, y han terminado muertos.

Transferir esa actitud de león ante el juego de la vida, puede constituirse en la carnada más sutil para ser el protagonista de una crónica de muerte anunciada. Aunque el león es un animal de mayor fortaleza que el perro, estando en una condición de muerte, su fortaleza es nula. Si el perro siendo más débil, aún tiene vida, lleva ventaja pues mientras hay vida, hay esperanza.

MEJOR SER PERRO: El perro es caracterizado por ser un animal obediente, fiel y leal a su dueño. Aunque desde el contexto deportivo cualquiera preferiría ser comparado a un león, el perro simboliza a aquel que depende de un amo.

Paradójicamente, si somos como perros tendremos más oportunidad de mantener nuestra vida, pues reconoceremos que tenemos un dueño quien nos ha dado la misma. Si somos como leones, tendremos una mayor inclinación hacia la independencia, a depender de nuestra propia fuerza y a dar rienda suelta a nuestro furor. Y eso, al final, puede acelerar un fracaso innecesario.

“Hay esperanza solo para los que están vivos. Como se suele decir: ´¡Más vale perro vivo que león muerto!ª.” Eclesiastés 9:4. Es mejor vivir como perros, en actitud fiel y leal al Dueño de nuestra vida, que como leones propensos a ser aniquilados antes de tiempo.

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