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CON LOS CAMPEONES

Escaso público en los estadios

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Mario Emilio GuerreroTweeter: @megkrantz

El interés del público por asistir a los partidos de nuestro torneo de béisbol es muy escaso y como consecuencia, las concurrencias a los estadios resultan irrisorias en la mayoría de los casos. Sólo cuando se producen enfrentamientos específicos de los equipos más populares o durante las series semifinal y final, los fanáticos acuden a los estadios en cantidades importantes. La experiencia nos ha enseñado que el solo hecho de tener un conjunto competitivo o en los primeros lugares, no llena las instalaciones y que la gente para ir al “play” necesita, entre otras cosas, que se le garantice un mínimo de confort y se le presente un buen espectáculo.

Numerosos obstáculos

En su gran mayoría, el dominicano es un apasionado del béisbol y le gusta asistir con frecuencia a los juegos, pero lo menos que puede hacer es arrepentirse de tomar esa decisión, si cuando llega al parque se encuentra con un entorno poco amigable y oscuro, problemas de parqueo, altos precios de boletas, comidas y bebidas, una bulla insoportable, producida por una música estruendosa y el alto volumen de las bocinas, y una animación poco profesional, que irrita y no respeta al fanático del equipo visitante. Si a todos esos inconvenientes se agrega la incertidumbre de conseguir transporte después de los juegos y la delincuencia en las calles, que no permite que la gente se movilice tarde en la noche con tranquilidad, el panorama no es nada halagüeño.

Están equivocados

Se equivocan quienes creen que la manera de atraer al público de regreso a los estadios, es presentando encima de los dugouts a chicas atractivas, vestidas de manera provocativa, para que ejecuten bailes inadecuados. Todo lo contrario, eso ha hecho que mucha gente se aleje de los parques de béisbol, manifestando su repudio a este tipo de espectáculo.

Solucionar problemas

Es solventando esos obstáculos planteados anteriormente, que vienen arrastrándose por años sin ser corregidos, la única forma de hacer que la gente vuelva a los estadios. La dirección de la LIDOM y sus socios, los equipos que la integran, tienen que buscar una solución a estos problemas de una vez por todas y antes de que sea demasiado tarde, pues está en peligro el futuro del béisbol dominicano. Parece que los equipos no se han dado cuenta de que para el fanático de a pie, resulta mucho más conveniente y seguro quedarse en su hogar disfrutando del juego por televisión y si sale de su hogar, opta por verlo junto con los amigos en el colmadón o la banca de su barrio, por los mismos motivos. En el caso de las personas de clase media o clase media alta, que tienen la posibilidad de elegir entre una amplia gama de lugares de diversión, donde sí reciben un tratamiento acorde al dinero que invierten, los inconvenientes planteados anteriormente también les obligan a pensarse dos veces la idea de acudir al parque de pelota.

Estadio Francisco Micheli

Una excepción en la liga es el estadio Francisco Micheli y cualquiera puede comprobarlo asistiendo a los partidos en esta instalación. Parqueo iluminado y vigilado, limpieza e higiene en todas sus áreas, seguridad, boletas a bajo precio, opciones de bebidas y comidas baratas, protocolo de evacuación y señalización, y una estructura física que recibe permanente mantenimiento.

Sondeos de opinión

Además de propiciar que ir al “play” no resulte una experiencia tan traumática, la dirección de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM), conjuntamente con sus socios los equipos, están en la obligación de preparar un amplio plan publicitario, que tenga como objetivo primordial aumentar la presencia de fanáticos en aquellos partidos, que son la mayoría, que se sabe que no habrá una buena asistencia. Un plan que se elabore tomando en cuenta el parecer de la gente, que se base en sondeos de opinión. Que quienes dirigen el negocio sepan lo que el público quiere y se actúe en consecuencia. Aquí se improvisa demasiado, se hacen las cosas sobre la marcha y no debe ser así, todo debe de planificarse. Hay que comenzar a trabajar muchos meses antes de que comience la temporada. No terminen de matar la gallina de los huevos de oro.

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