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MUJERES DE GRANDES LIGAS

En segundos

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Carolina Cruz De Martínez@miacarolina45

Miles de decisiones son tomadas a diario que dependen de unos segundos de espera o de precipitación. Desde desgraciar una relación con un cónyuge o hijo, hasta cambiar un lanzador por otro y perder un partido. Decisiones que se toman en segundos pueden tener efectos temporales, duraderos y a veces eternos. Todo depende de qué tan certeros, desesperados o controlados seamos.

En segundos un manager puede pasar a ser un héroe o villano; en segundos un atleta puede cambiar su destino de un equipo a otro; en segundos un bateador puede decidir un partido con un cuadrangular, o poncharse y perder la oportunidad. En segundos se han decidido campeonatos, así como contratos millonarios. Muchas destinos pueden ser decididos en esas microscopicas agujas de tiempo.

El ser parte del Salón de la Fama de cualquier deporte, requiere una acumulación de segundos bien empleados, bien administrados y bien ejecutados. Miles de segundos de escuchar correctamente puede augurar un buen sitial, así como miles de segundos de practicar sin parar puede hacer de la perfección una realidad. Si hay un común denominador entre aquellos que han llegado a obtener este escalafón, es que han sido efectivos en los segundos obtenidos.

Ningún triunfo o éxito es fortuito. Algo de especial deben tener aquellos que han sobresalido en cualquier liga, disciplina, trabajo u oficio. Hay historias de atletas que lo único que los diferencia fueron esos segundos que decidieron esperar y pensar vs. aquellos que decidieron volverse locos y arriesgar todo. Hay peloteros que teniendo mayor potencial que muchos decidieron en segundos que no le aguantarían “vainas” a nadie y comprometieron su futuro; hoy, esos darían la vida por revertir los segundos que cambiaron su rumbo.

LEGADO: Hay atletas que construyeron su legado en billones de segundos, y lo destruyeron en milésimas, probando cosas que nunca debieron y que solo dejan pérdidas. Si hay algo que los atletas hoy en día tienen en desventaja con los de otras épocas, es la cantidad de distracciones y entretención que enfrentan. Los segundos de los atletas en la actualidad, son bombardeados por atractivas ofertas peligrosas y pasajeras, pero casi irresistibles. Se requiere de unos buenos segundos de dominio propio y temple para no hacerse daño y caer en lazos.

Aunque los Salones de la Fama toman en cuenta los numeritos y estadísticas de un atleta, su vida fuera de las líneas blancas es tan determinante como dentro de ellas. Los segundos empleados fuera de una cancha o dogout aumentan o disminuyen la probabilidad de entrar a la exclusiva liga de la inmortalidad deportiva. Aunque los segundos en uniforme prevalecen por la eternidad, son más los que emplearán en ropa de un ciudadano normal.

Un legado de años no se construye usando segundos vanos. Es precioso ver conjugado en una reunión de Cooperstown años y años de historia en los matrimonios y familias de los exaltados. Pero eso no fue cultivado en vano. En esa sola reunión hay billones y billones de segundos de atletas que soportaron y aguantaron la presión de sus oficios. De esposas que decidieron ser apoyo y sustento en cualquier situación de éxito o aprietos. De hijos que sacrificaron muchos segundos de no tener sus padres en juegos, cumpleaños, graduaciones y especiales ocasiones. De coaches que asumieron segundos de riesgo por sus jugadores.

El poder conocer muchos de los hijos y nietos de estos prominentes jugadores aumenta aún más la apreciación de los segundos invertidos de cada uno de estos inmortales. Los segundos de ética de trabajo, compromiso, esfuerzo y sacrificio no sólo se cuantifican en trofeos, placas, y firmas. Esos segundos de responsabilidad, firmeza y habilidad integral se ven materializados

en las generaciones de estos seres humanos que fueron dotados con un talento especial.

PRODUCTIVIDAD: “Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.” MT 25:29 Dios Padre dio talentos y espera que lo reproduzcamos. Aprender a emplear esos segundos que no retornan en productividad, es garantía de que se nos confiaran unos segundos más.

Hasta la próxima

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