Santo Domingo 20°C/20°C clear sky

Suscribete

A TIRO DE HIT

Un Experimento Necesario

Días atrás, el periodista de ESPN Jayson Stark reportó que Major League Baseball está considerando la posibilidad de elevar el límite más bajo de la zona de strike, buscando darle más oportunidad a los bateadores de poner la pelota en juego al provocar más lanzamientos que pueden considerarse manejables.

Hoy en día, un envío un par de pulgadas bajo las rodillas de los bateadores es cantado strike constantemente. Major League Baseball planea re-definir la zona de strike de forma que su punto más bajo sea a la altura las rodillas del bateador.

Para entender las motivaciones de esta iniciativa, notemos que el año pasado un 20% de las apariciones agotadas por bateadores terminaron en ponche y un 28% terminó en un ponche o una base por bolas. Diez años atrás, en 2005, un 16% de las apariciones terminaron en ponche y cerca de un 25% concluyó en ponche o boleto. En 1985, las proporciones fueron de 14% y 23%.

La preocupación de MLB nace de la realidad reflejada por esos números: Casi un 30% de las oportunidades en que un bateador acude al home plate, su turno termina con un ponche o una base por bolas. Es una proporción excesivamente alta de apariciones que tienen un final estático.

El tiempo que transcurre entre las ocasiones que la pelota está en juego es el mayor en la historia, lo que implica que tenemos menos acción en el terreno que en cualquier otra época del deporte.

Noten que la jugada más común en el béisbol de este tiempo es el ponche. Vemos más ponches que hits sencillos. Al paso que vamos, muy pronto la cantidad excederá la de hits totales y un 25% de las apariciones de los bateadores terminará con el mencionado resultado.

Ver un bateador abanicando o trotando hacia primera luego de un boleto no son precisamente las actividades más “excitantes” del béisbol, por lo que entendemos que revisar este tema es comprensible y necesario. El juego es menos dinámico hoy en día, lo que le resta atractivo para atraer los nuevos fanáticos cada vez más interesados en la información que reciben a través de sus dispositivos móviles.

¿Cómo hemos llegado a este punto? Dos factores importantes son la velocidad promedio de los lanzamientos y los cambios que ha sufrido la zona de strike.

A principios de este siglo XXI, la velocidad promedio de la bola rápida de los lanzadores de Grandes Ligas era de unas 89 millas por hora. Hoy en día, ese número se ha elevado a 92 mph. Para decirlo en buen dominicano, los pitchers del presente tiran más “duro” que nunca. Están mejor preparados físicamente y se les obliga a hacer menos lanzamientos.

Luego de que un abridor trabaja seis o siete entradas, la mayoría de los equipos inician un desfile de relevistas cuyas bolas rápidas no bajan de 95 mph. El aumento de velocidad ha contribuido a la mayor cantidad de lesiones de pitchers que vemos en la actualidad, pero también a que los bateadores hagan cada vez menos contacto.

En cuanto a la zona de strike, la cantidad de lanzamientos bajos que se cantan como buenos tiene que ser la mayor en la historia. La lógica indica que los pitcheos candidatos para ser strikes deben estar al alcance de los bateadores para hacer swing. No obstante, frecuentemente vemos lanzamientos debajo de las rodillas en la esquina de afuera que son imposibles de batear y a pesar de eso son llamados strikes.

Crédito para los receptores que cada vez perfeccionan más el arte de “presentar” los envíos a los árbitros, lo que le permite robarse una cuota de strikes. Sobretodo cuando están en la zona baja, que es la más difícil de juzgar para los jueces por la posición en que se encuentran.

Si usted argumenta que reducir el tamaño de la zona de strike podría provocar un incremento en la cantidad de transferencias, está en lo cierto. Sin embargo, la esperanza es que el cambio de definición provocará más lanzamientos manejables para los bateadores y por tanto la pelota estará en juego con más frecuencia en lugar de crear más inactividad.

La realidad es que estamos ante una medida que podría traer consecuencias sólo visibles en la práctica.

Pero entendemos que es una estrategia razonable en busca de corregir una debilidad que puede afectar la captación de nuevos fanáticos en una época donde el tiempo de atención del ser humano es cada vez más bajo.

Tags relacionados