Carmelo Castillo

El domingo 8 de junio de 1958, llegó a este planeta un niño que con el tiempo se convertiría en pelotero y cuyo nombre de nacimiento se conoció como Monte Carmelo Castillo Vásquez, simplemente Carmelo Castillo, hijo de la unión de Carmelo Antonio Castillo y Rufina Vásquez, siendo el tercero de cuatro hermanos.

Su arribo a este mundo se produjo en San Francisco de Macorís y desde pequeño se sintió atraído por el deporte de las bolas y los strikes y se mantuvo en la actividad de las categorías menores hasta ser reclutado para el profesionalismo en el 1978, exactamente el 30 de junio. Cuando aquello sucedió, Carmelo jugaba en su ciudad natal para un equipo clase A de la Liga Roberto Clemente.

Carmelo fue firmado por el escucha Quique Acevedo, quien laboraba para la organización de los Filis de Filadelfia, pero antes de ser enviado al béisbol minoritario de los Estados Unidos jugó en la desaparecida Liga de Verano de Béisbol Profesional, que tenía su principal centro de operaciones en Santo Domingo.

Castillo, antes de subir a los estratos altos, era bien cotizado, se decía que triunfaría en la pelota rentada, era un muchacho que aprendía rápido.

El inmortal Felipe Rojas Alou manifestaba que Carmelo tenía todas las herramientas para jugar en cualquier equipo de las Grandes Ligas. Estaba dotado de un potente brazo y poseía mucha habilidad como fildeador.

La posición que más jugaba era en los jardines y en esos predios el francomacorisano se destacaba a nivel sobresaliente, dejando ver que tenía un futuro promisorio.