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MUJERES DE GRANDES LIGAS

“Nada vendrá sin causa”

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Carolina Cruz De MartínezSanto Domingo

Crecer en una cultura de supervivencia nos da diversas herramientas esenciales y vitales para salir adelante. Nos hace sagaces, versátiles, vivos y diligentes. Pero el revés de esa cultura, es que desarrolla en nosotros manipulación, habilidad para mentir, licencia para aventajar a otros y engañar con tal de lograr el objetivo deseado. Todo el que ha vivido en países en desarrollo, sobre todo el nuestro, está expuesto a incurrir como víctima o victimario en esta cultura del engaño. Los peloteros son excepcionalmente especiales como víctimas en este renglón.

Todo el que adquiere materia es visto como tal, como materia.

Y si a eso se le añade el elemento fama, es aún más desafiante lidiar con el paquete. Pero para manejar ese conflicto, lo primero que debemos entender es que para poder navegar entre aguas revueltas de tiburones, uno mismo no puede ser uno de ellos, Los espíritus afines se conocen y se atraen. Un engañador conoce a otro engañador, así como un astuto conoce a un cojo sentado y a un ciego durmiendo. Un tiguere no tiene autoridad moral para decirle a otro tiguere que debe dejar de hacer fechorías. La naturaleza misma de lo que son los hace responsables a ambos del mismo delito. Para poder desarmar una trampa o engaño, no se puede ser parte del mismo.

HAY QUE SALIR.- Solamente cuando no tenemos asociación con la maldad, podremos reconocerla. Muchas veces, por no decir todas, el mayor responsable de las cosas que nos suceden somos nosotros mismos, no terceros. La gente le dice karma, al simple y básico principio de siembra y cosecha de la vida. Las tinieblas no negocian con los seres humanos sin condiciones ni cláusulas contractuales. Muchas veces el intercambio de lo que queremos, soñamos y anhelamos viene a un precio muy alto, pero eso nunca lo leemos en el contrato porque está en letras pequeñitas debajo.

Si incurrimos en mentiras, engaño y manipulación en una sola área de nuestra vida, eso se verá reflejado en otra. Nadie queda exento de cosechar lo que ha sembrado, sea en público o en privado.

Por eso en una sociedad tan permisiva e impune como la que estamos viviendo, donde a lo bueno se le llama malo y viceversa, todos debemos examinar a que nos hemos asociado, para poder cortar de raíz. Si nos asociamos con engaño y mentira, esa semilla germinará en algún área del jardín de nuestras vidas.

Son muchas las historias y lamentos de los atletas y peloteros, que en calidad de víctimas han sido objetos de fraudes, trueques y marrulleros. Pero todo parte de una raíz, y no siempre la responsabilidad es de terceros. Si un agricultor sembró semillas en una tierra, con el tiempo vuelve a ver si encontrara fruto en lo que por derecho es suyo. Si por ignorancia, necesidad o debilidad le permitimos a la mentira y la manipulación sembrar semillas en nosotros, al tiempo ella volverá buscando lo que es suyo. Quizás no nos acordemos de ese tiempo que mentimos por salir del paso, que engañamos en la escuela o la academia, que manipulamos una pareja para que cediera, en fin, es tan natural para nosotros violentar principios de vida en una cultura como esta, que quizás ni nos acordemos cuando nos asociamos al mal. Pero ciertamente la Palabra dice, que “Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, asi la maldición nunca vendrá sin causa.” Prov 26: 2Si fuera tan fácil responsabilizar a otros por nuestras desgracias, Cristo no hubiera dicho que dejemos de mirar la viga en el ojo ajeno sin primero mirar nuestra paja. Nada ocurre porque sí, ni siquiera lo más difícil o lo que parece más cruel. Si hemos sido engañados, es porque nosotros mismos hemos sembrado engaño, y ese “agricultor” solo viene a buscar lo que el mismo sembró.

Si hemos sido manipulados, es porque nosotros mismos hemos sido manipuladores, si nos han robado, es porque nosotros mismos hemos robado. Quizás no sea obvio a nuestra vista, pero solos tenemos que pasar una lista retroactiva y ver que hemos sembrado en el campo de nuestra vida. No en vano, oímos tanto ese versículo que dice: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres...” Dios nos puede ayudar a llegar a toda verdad de porque y como nos ocurre todo, solo tenemos que estar dispuestos a recapitular.

Hasta la próxima

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