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A TIRO DE HIT

Un gran equipo que ha quedado en el olvido

Quizás por el hecho de que perdieron la Serie Mundial a manos de los Bravos de Atlanta, los méritos de los Indios de Cleveland de 1995 han sido olvidados a pesar de ser una de las maquinarias ofensivas más poderosas en el pasado reciente del béisbol.

En su vigésimo aniversario, vamos a recordar aquel equipo. La temporada de 1995 se inició con una demora por la huelga del año anterior, implementándose un calendario recortado de 144 partidos. Un buen punto de partida para destacar la fortaleza de ese equipo es su record: 100-44. Si extrapolamos el porcentaje de ganados y perdidos de .694 a un calendario normal de 162 juegos, la marca de los Indios hubiera sido 112-50, que ha sido superada por sólo dos equipos desde 1961, año en que se implementó el calendario actual.

La clave del éxito fue la producción de la alineación, que tuvo promedios de .291/.361/.479. Si se hubiera jugado la temporada completa, hubieran pegado 233 cuadrangulares y anotado 945 carreras. Fueron líderes colectivos de la LA en anotadas, jonrones, hits, remolcadas, promedio, OBP, Slugging, OPS y bases alcanzadas.

Alineación Impenetrable La demoledora maquinaria era encabezada por el insufrible pero imparable Albert Belle, quien ese año se convirtió en el primer jugador en la historia en pegar 50 dobles y 50 jonrones en la misma temporada. Encabezó el circuito en ambos departamentos, pero también fue líder en anotadas (121), remolcadas (126) y Slugging (.690), bateando 317. Pero Belle estaba lejos de ser la única figura.

La punta de la alineación presentaba a un joven Kenny Lofton en el tope de sus habilidades y en medio de una racha de cinco lideratos de bases robadas en forma sucesiva. En el 95, bateó .310, anotó 93 carreras y fue líder en robos (54) y triples con 13.

A Lofton le seguían Omar Vizquel y Carlos Baerga en el orden ofensivo. Vizquel era un discreto pero eficiente segundo bateador, mientras que Baerga venía de temporadas sucesivas de 200 hits en 1992 y 93 y bateó .314 90 vueltas impulsadas. El boricua era en aquel momento uno de los intermedistas más ofensivos del negocio.

En cuanto a bateo de poder, Belle tenía plenitud de compañía. Manny Ramírez había sido uno de los principales novatos de 1994 y la temporada de 1995 marcó su consagración. Era el jardinero derecho del conjunto, y bateó .308/.402/.558 con 31 para la calle y 107 remolques. Para hacernos una idea del poderío en esta alineación, Manny normalmente era el séptimo bateador.

El hoy inmortal Eddie Murray tenía 39 años y estaba en las postrimerías de su carrera. No obstante, fue un productivo bateador designado, bateando .323, 21, 82 y sirviendo de libro de consulta para tan extraordinaria colección de bateadores jóvenes. En Junio de ese año, Murray llegó a 3000 hits con el uniforme de los Indios.

Jim Thome, quien cerró su carrera con 612 jonrones, era antesalista en aquella época y fue otro jugador importante de la alineación, bateando .314/.438/.558, 25, 73, encabezando el equipo con 97 boletos recibidos en su primera temporada completa en Grandes Ligas.

Paul Sorrento y Herbert Perry compartían la posición de inicialista, y entre ambos aportaron 28 jonrones y más de 100 carreras remolcadas. Los receptores fueron Sandy Alomar, quien bateó .300 a pesar de perder parte de la temporada por lesión en una rodilla, y el nuestro Tony Peña.

Pitcheo subestimado El componente olvidado del éxito de este equipo fue su staff de pitcheo, que encabezó la LA en PCL con 3.83 para ser el único con efectividad por debajo de 4.00 en una temporada donde dominó la ofensiva.

La principal fortaleza del staff era el bullpen, encabezado por el cerrador dominicano José Mesa, quien salvó 46 partidos en 48 oportunidades y tuvo una brillante efectividad de 1.13 en su primera temporada como stopper del conjunto.

El trabajo de Mesa fue muy bien complementado por los derechos Julián Tavárez y Eric Plunk y los zurdos Paul Assenmacher y Jim Poole. Tavárez en su primera temporada completa en las mayores, tuvo récord de 10-2, 2.44. Tanto Plunk como Assenmacher tuvieron PCL por debajo de 3.00.

La rotación fue encabezada por los veteranos Dennis Martínez y Orel Hershiser, que ciertamente habían visto pasar sus mejores años pero fueron altamente efectivos, aprovechando el gran respaldo ofensivo para ganar 28 partidos entre los dos. Charles Nagy sumó 16 victorias, mientras que el joven Chad Ogea tuvo registro de 8-3.

Otro elemento de la magia de este equipo era el Jacobs Field, inaugurado el año anterior y que por un período fue uno de los escenarios más atractivos de las Grandes Ligas. En Junio de 1995, los Indios iniciaron una cadena de 455 partidos sucesivos jugando a casa llena en su hogar, que se extendió hasta Abril de 2001.

La de 1995 fue una temporada histórica para un equipo excepcional que, de no haber perdido la Serie Mundial, fuera recordado como uno de los mejores de todos los tiempos.

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