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A TIRO DE HIT

Exitosos como jugadores, pero no como managers

Un conjunto de circunstancias provocaron la renuncia el pasado fin de semana de Ryne Sandberg como manager de los Phillies de Philadelphia. Las principales que se pueden citar son pobre rendimiento del equipo, cambios de importancia en la oficina central y el hecho de que no tenía buenas relaciones con algunos de los jugadores veteranos del conjunto. Al marcharse, dejó un record de 119-159 durante su estadía con los Phillies.

Sandberg tuvo una excelente carrera como jugador activo que le permitió convertirse en inmortal del béisbol en 2005. Así las cosas, se integra a la lista de estelares que no pudieron repetir ese éxito como dirigentes. Es una percepción que ha existido desde siempre en el béisbol: Buen jugador, dirigente de poco éxito. Revisando la historia, nos encontramos con figuras que triunfaron en ambas facetas: Frank Chance, Red Schoendienst y Bill Terry son tres ejemplos. Pero hay una lista considerable de estrellas que encanecieron rápidamente por el poco éxito que encontraron en el siguiente rol. Hoy recordamos algunos de esos casos.

Ted Williams (Récord:273-364) Como muchas veces se ha dicho, el éxito de un dirigente es directamente proporcional a la calidad de los jugadores con que cuenta. Williams tuvo que dirigir equipos con muy poco talento cuando fue capataz de los Senadores de Washington/Rangers de Texas entre 1969 y 1972, lo que se refleja en su marca negativa. A pesar de que le tildaron de impaciente con jugadores que no tenían el talento excepcional que exhibió durante su carrera de activo, Williams obtuvo resultados en su primer año, logrando que el equipo ganara 86 partidos, 21 más que el año anterior. De ahí en adelante, las derrotas comenzaron a llegar con más frecuencia, perdiendo 100 partidos en su último año cuando el equipo fue mudado a Texas.

Frank Robinson (Récord:1065-1176) Robinson fue un legendario jugador que luego hizo historia como el primer dirigente de color en las Grandes Ligas al tomar las riendas de los Indios de Cleveland en 1975. Lamentablemente, nunca pudo liderar equipos con suficiente material para ser contendores consistentes. En 17 años como capataz de cuatro franquicias, nunca pudo llegar a los playoffs, algo que logró en diversas ocasiones cuando era jugador activo. Luego de salir de Cleveland estuvo con Gigantes, Orioles y Expos/Nacionales. En un par de ocasiones (1989 y 2002), sus equipos terminaron en segundo lugar.

Alan Trammell (Récord:186-300) El caso de Trammell es muy similar al de Sandberg: Una excelente carrera como jugador seguida por una oportunidad para dirigir un pésimo equipo. Trammell fue un símbolo de los Tigres de Detroit y uno de los jugadores claves del equipo campeón de 1984. Su carrera de 20 temporadas terminó en 1996 y siete años después se le ofreció el puesto de manager del mismo equipo de Detroit. Caramelo envenenado. En su primera temporada, el equipo tuvo record de 43-119, iniciando una pesadilla de tres años para el otrora torpedero. Su ciclo de tres años terminó en 2005 con 300 derrotas y desde entonces no ha recibido más oportunidades.

Pete Rose (Récord:412-373) Rose era dirigente de los Rojos de Cincinnati cuando su presencia en el béisbol fue erradicada por los vínculos con las apuestas. Su marca de ganados y perdidos fue positiva, pero los equipos liderados por “Charley Hustle” fueron eternos “segundones”, ocupando esa posición cuatro años consecutivos. Rose inició como Manager-Jugador en 1984, se convirtió en capataz a tiempo completo en el 87 y mantuvo la posición hasta que fue suspendido de por vida en 1989. Como jugador, obtuvo cuatro anillos de campeón, dos con laa Gran Maquinaria Roja y la misma cantidad con los Phillies. Como Manager, nunca llegó a la post-temporada.

Eddie Mathews (Récord: 149-161) Mathews ha sido uno de los antesalistas más productivos en la historia, pegando 512 cuadrangulares y remolcando 1,453 carreras en una carrera de 17 temporadas. Fue parte del equipo campeón de los Bravos de Milwaukee en 1957 y exaltado al Salón de la Fama en 1978. En 1972, recibió la oportunidad de dirigir a los Bravos, franquicia con la que estuvo casi toda su carrera. Pero encontró una escuadra deficiente que no pudo acercarse a los playoffs. En 1974, fue sustituido por Clyde King cuando el equipo tenía marca de 50-49. Nunca más dirigió en Grandes Ligas.

Buddy Bell (519-724) Bell tuvo una productiva carrera de 18 años como antesalista de cuatro equipos, pegando 2,514 hits y 201 cuadrangulares, con un promedio de .279. Por su conocimiento del juego y liderazgo, era considerado un futuro manager desde antes de retirarse. Las oportunidades llegaron, pero los equipos que tuvo en sus manos no contaban con el talento necesario para ser ganadores. Bell llegó a terminar segundo en las votaciones de Manager del Año en 1997, cuando guió un débil equipo de Detroit a 79 victorias. Fue despedido al año siguiente, corriendo la misma suerte en trabajos subsiguientes en Colorado y Kansas City.

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