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LA CRÓNICA DE LOS MARTES

El juego que convirtió a las Águilas Campeones Nacionales por vez primera

Hasta 1952, las Águilas Cibaeñas no habían ganado un campeonato nacional de béisbol profesional. Aun cuando compitieron en 1951 y en otros torneos anteriores, los cibaeños no sabían lo que era arribar al primer puesto. Santiago se hizo representar con diferentes nombres en las contiendas rentadas, tales como “Santiago”, “Sandino” y de 1937 en adelante surgieron las “Águilas Cibaeñas”, nombre este sugerido por el exbeisbolista y manager, oriundo de Santiago, Luis Tomás Saillant, gran propulsor de la pelota nuestra. En la temporada de verano de 1952, por fin, los norteños acariciaron la victoria por vez primera. El play off final lo jugaron Águilas y Licey, después de haber los cibaeños ganado la primera vuelta y los azules la segunda. La serie final consistió en 8 juegos, los campeones obtuvieron 4 victorias, con 3 derrotas y un empate, mientras los vencidos, 3 ganados, 4 perdidos, y un empate. El sudamericano, amén de realizar una magnífica labor, dejó con la carabina al hombro a diez bateadores. Los agraciados en el ponche, el cubano Silvio García, con tres veces; dos el jíbaro Luis Rodríguez Olmo; dos más Grillito “C”; una vez Guayubín Olivo y la misma dosis a Casey Jones y a Otello Renfroe. Los más distinguidos en el uso del madero fueron, por las Águilas: Guillermo Vento, dos sencillos; Bicho Pedroso, dos hits; Alejandro Crespo, un incogible; y el mocano Bragañita García, un oportuno doblete. Por los Tigres se destacaron: Su Majestad Alonzo Perry, cuatro hits en cuatro turnos al bate y empujó la única vuelta de su equipo; Guayubín Olivo, un doble; y el boricua Rubén Gómez (El Divino Loco), un single. Emilio Cueche, Tomás Gómez Checo (9), Terry McDuffie (9), con el cubano Alejandro Crespo, por las Águilas. Rubén Gómez con Casey Jones, por los Tigres. Ganó Cueche y perdió Gómez. Los cibaeños ganaron el partido y el campeonato, luchando desde el comienzo en una forma que los confirmó como verdaderos campeones-triunfando en el juego que tenían que vencer. El Licey agotó todos sus recursos tratando de superar, empero, las Águilas no quisieron perder. Los muchachos maravillosos de Rodolfo Fernández, el feliz manager cubano, sepultaron las esperanzas de los Tigres Azules. Los mayores responsables de ese gran triunfo cibaeño fueron: su presidente Augusto Vega Espaillat; su manager, el cubano Rodolfo Fernández; el venezolano Guillermo Vento (C y 3B), el Pelotero del Año; Emilio Cueche, quien lanzó 147 2/3 de innings, ponchó la mayor cantidad de bateadores (101), y fue líder en efectividad. Otros grandes en la victoria mamey: Alejandro Crespo (El Villanazo), campeón en carreras anotadas; Terry McDuffie, el excéntrico resultó champion pitcher (12-3); el boricua Gachito Morales, ganó 6 partidos como lanzador derecho y conectó la píldora para 358, siendo el emergente de luxe. Otros que se destacaron, Bicho Pedroso, Tomás Gómez Checo y Bragañita García, quien bateó 333, incluyendo un afortunado doblete que hizo correr de contento al Yaque dormilón y las picadas de las Águilas provocaron y estremecieron a toda la comarca norteña, batiendo sus alas de felicidad. Esto es un buen recuerdo para toda la vasta afición allende a la Cumbre.

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