Muchas nueces y pocos ruidos
Si hay un sector, entre los pocos que inciden poderosamente en la economía dominicana, que ha tenido en los últimos años uno de los avances más notorios en cuanto a organización, eficiencia y sostenibilidad, ese es el de la aviación civil comercial.
Todo un entramado de organizaciones especializadas, actuando a tono y con rigor con los más avanzados estándares operacionales y de seguridad, han convertido a este sector en uno de los soportes o pilares estratégicos del desarrollo nacional.
Después de la mala imagen creada por incumplimientos en materia de regulación aérea, el país perdió el derecho a la categoría Uno de la Junta Federal de Aviación de los Estados Unidos, lo que lo privaba de contar con aerolíneas locales que pudieran volar hacia esa gran nación y, de paso, a las demás donde también prevalecen exigencias similares.
Luego de un sostenido trabajo para adecuar nuestras estructuras y ajustarnos al cumplimiento de las normativas internacionales, el país recuperó hace 10 años esa categoría Uno, y ahora figura como el tercer país, tras Estados Unidos y Canadá, con más alto índice de implementación efectiva de los estándares impuestos por la Organización Mundial de Aviación Civil.
El organismo cúpula del sector, el Instituto Dominicano de Aviación Civil, dirigido por el doctor Alejandro Herrera, ha logrado colocar a la República Dominicana, en esta materia, como uno de los países con mayor nivel de seguridad operacional que ha pasado de ser receptor de asistencia a proveedor de servicios técnicos especializados a otras naciones.
Eso es lo que explica que, en pocos años, el país disponga de varios aeropuertos internacionales certificados; que decenas de líneas aéreas internacionales transporten hacia y desde aquí a más de diez millones de personas anualmente; que el turismo se haya fortalecido, al igual que los intercambios comerciales, y que ahora dos líneas dominicanas estén volando hacia territorio norteamericano.
El inicio de los vuelos de Air Century a Puerto Rico y los de Pawa a Miami y otros países, abre un espacio de posibilidades al fortalecimiento de las aerolíneas nacionales en la explotación de rutas súper rentables, mayormente a cargo en estos tiempos de líneas con banderas de otros países.
Diez años hemos tenido que esperar para disfrutar de las ventajas de la categoría Uno, y todo eso es el fruto de un trabajo serio enfocado en el cumplimiento de las normativas internacionales por parte del IDAC, el Departamento Aeroportuario, la Junta de Aviación Civil, el Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria y Aviación Civil (CESAC), con muchas nueces y pocos ruidos.