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El periodismo protagónico

En la diversidad de géneros que cultiva el periodismo, uno parece emerger en estos tiempos de cambios para darle mayor versatilidad: el periodismo protagónico, en el que el redactor se hace noticia.... para dar la noticia.

Esa es la nueva categoría que nace de las últimas experiencias en las que un periodista asume el papel de algún personaje de la sociedad y lo representa como actor en la realidad, para escudriñar en las honduras de un estilo de vida, de comportamientos o de padecimientos, y luego trasmite esas experiencias al público, como espectador o narrador, situado al otro lado de su propio escenario.

Dos personajes en uno, como protagonista de la noticia y como comunicador de su propia vivencia, que es también noticia. Se nos ocurre llamarlo “periodismo protagónico”, hasta que aparezca una definición más abarcadora o explícita.

En el LISTÍN ya lo experimentamos.

Uno de nuestros editores, Javier Valdivia, se internó junto al fotorreportero Jorge Cruz en el hospital Darío Contreras, antes de que fuese sometido a una profunda remodelación, y se expuso a todas las penurias que pasan los pacientes cuando llegan a la emergencia para luego poder describirlas con dramático realismo.

Más adelante se recluyó por varios dias en el mismo hospital, ya remodelado, para narrar los cambios en la atención y el tratamiento de los pacientes.

Valdivia también “se metió preso” en la cárcel de La Victoria, durante 29 dias, para sentir y sufrir lo que siente y sufre un recluso o un condenado, y de esa singular experiencia produjo una de las series de reportajes mas conmovedoras e ilustrativas de lo que llamó “el mismo infierno”.

Ahora otro editor, Juan Salazar, acompañado también de Jorge Cruz, “se hizo el loco” por un día, tras un aprendizaje de dos meses del papel de un enajenado mental, observando en la calle o en el psiquiátrico sus formas de actuar y hasta de pensar y reaccionar, y con su impresionante relato se hizo noticia. E hizo noticia.

Desde un papel de expectador y narrador de los hechos, como ha sido el clásico del periodismo, se pasa al de protagonista principal, y de ese modo es posible radiografiar un problema social como lo haría, en las honduras del cuerpo humano, un equipo de resonancia magnética, adentrándose en la noticia... y causándola.

Es como lidiar el toro en la arena y verse en ella desde las gradas. Naturalmente, saliendo indemne en cada prueba. O de lo contrario no puede contarla.

Este “periodismo protagónico” sin dudas que abre muchas puertas al periodismo moderno, cada vez más impactado por novedades que desafían sus más puras esencias.

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