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Los segundos 100 días

Los alcaldes de las dos principales metrópolis del país han sacado buenas notas de su desempeño en los primeros cien días de ejercicio. Nadie puede regatearles el mérito de que trabajaron duro, sobrellevando el pesado fardo de deudas millonarias, para imponer temprano los sellos de su trabajo.

Se concentraron, fundamentalmente, en masivos operativos de recogida de basura, limpieza de filtrantes, reparaciones de mercados, parques, cementerios y algunas instalaciones municipales. También se enfocaron en buscar las formas de reorganizar o reubicar las plazas informales de buhoneros que han ocupado espacios públicos, a menudo sin permiso.

Los alcaldes del Distrito Nacional y de Santiago, David Collado y Abel Martínez, que compartieron experiencias como diputados, hicieron un trabajo sobresaliente para poner en orden muchas situaciones difíciles que heredaron, y su trabajo en las calles, en mangas de camisa y en medio de obreros y representantes comunitarios, se hizo bastante visible.

Los alcaldes de los tres municipios del Gran Santo Domingo, Alfredo Martínez, de Santo Domingo Este; Francisco Peña, de Santo Domingo Oeste y René Polanco, de Santo Domingo Norte, se empeñaron por igual en los frentes críticos de la basura, el estado de las calles y la iluminación de algunos sectores, así como en mercados y cementerios.

Estos últimos espacios se encontraban en estado deplorable, en todos sus municipios, así como en el Distrito Nacional y Santiago.

La iluminación de parques y vías públicas, como el caso del Parque Mirador Sur y barriadas de distintas circunscripciones del Distrito Nacional, ha puesto en evidencia otro foco de retos tanto para el alcalde Collado, como para sus demás colegas: el de la seguridad ciudadana, que encuentra en los apagones y las vías oscuras un excelente caldo de cultivo para todo tipo de fechorías.

Si las pruebas de los primeros cien días han sido satisfactorias, tanto para los munícipes como para la imagen de laboriosidad de los alcaldes, las expectativas que tienen ahora los ciudadanos es que los segundos 100 días sean también de realizaciones positivas, es decir, que no bajen la guardia en el empeño de resolver los problemas de sus comunidades, que son demasiados y no se solucionan de un día para otro.

Considerando que arrancaron sus gestiones con altas deudas y con problemas municipales agravados, hay que reconocerles que, de inicio, lograron proyectar una dinámica de trabajo y atención a sus responsabilidades.

Y eso es lo que todos los munícipes desean que sigan haciendo en estos segundos 100 días.

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