Es que no sabemos ceder
La cultura del no ceder, que se hace ostensible en muchas de las conductas y actitudes de los ciudadanos, se ha arraigado más de la cuenta en nuestra sociedad.
Ella es el origen y causa de muchas de las anomalías que hoy desembocan en las frecuentes violaciones a las leyes y normas del tránsito.
Son las precursoras de los instintos que hacen, finalmente, que un conductor pase en luz roja los semáforos, que se meta en una vía contraria aunque esto signifique provocar un gran tapón entre los vehículos a los que les corresponde ese carril, o que viole los límites de las velocidades, tanto en zonas urbanas como en las interurbanas.
Por no saber ceder a estos impulsos, muchos manejan vehículos de manera desaprensiva, con rebases temerarios en calles o carreteras, o de forma tal que atemorizan a los transeúntes, tirándoles literalmente encima sus vehículos o insultándolos por cualquier tontería.
Por no saber ceder, conchos y minibuses no respetan las señales que proscriben doblar una calle en un sentido o en otro, estacionarse en ciertos tramos, posarse sobre las rayas amarillas de las intersecciones o circular sin luces traseras o delanteras en las noches.
Por no saber ceder ante el insano desdén del “me se importa”, muchos beben alcohol y hasta salen borrachos en sus vehículos, causando tragedias; irrespetando o cuestionando a la autoridad cuando los detienen o les reclaman por las violaciones a las leyes.
Por no saber ceder, esos conductores imprudentes echan carreras en las avenidas para alcanzar al o a los pasajeros más próximos, como fieras sedientas de agua o comida en una selva.
Por no saber ceder es que muchas cosas andan patas arriba en esta sociedad.
Es preciso buscar un antídoto eficaz y perdurable contra esta cultura del no saber ceder, contra esta predisposición hacia el “me se importa todo”, y en esa dirección es que deberíamos proyectar todas las campañas ciudadanas que procuran yugular esta hemorragia de violaciones a las leyes, en todos los sentidos.
Aunque parezca o sea utópica, en esa posibilidad confiamos.