Multas que no se ponen o no se cobran

Uno de los antídotos más efectivos que existen para prevenir o penalizar las violaciones a las leyes del tránsito, son las multas.

Siempre y cuando la autoridad las haga cumplir, imponiéndolas y cobrándolas como debe ser.

Esa es la experiencia en Estados Unidos y otras naciones organizadas donde no se permite que los ciudadanos estén por encima de la ley. Aquí es todo lo contrario.

En el régimen nuestro, amparado por la ley 241-67, existen 40 violaciones penalizables y para todas ellas, salvo cuatro, las multas son iguales: de RD$1,000.00.

Sólo se diferencian de este patrón las violaciones a la luz roja, el uso del celular por parte del conductor, el llevar un niño en el asiento delantero y el andar sin el cinturón de seguridad, para las cuales las multas suben a RD$1,667.00.

No obstante este amplio catálogo de faltas, tales multas ni se aplican en la correcta proporción a las violaciones ni tampoco hay efi ciencia en su cobro.

Se han reportado casos de conductores que han acumulado hasta 400 multas, ellos solos, que siguen tan campantes en las calles, como si nada ilegal hubiesen hecho.

Ahora que el Gobierno está empeñado en una amplia reforma de la ley y del sistema de tránsito y transportación, es el momento de revisar el esquema actual inefectivo y proceder a elevar los montos de las multas y diferenciarlas según la frecuencia y la gravedad con que se cometen las infracciones.

¿Qué es lo más común aquí? Pues, que los conductores violen sistemáticamente las 40 faltas que enumera la ley, siendo este el primer factor que conspira contra el establecimiento de un sistema organizado, en el que impere el cumplimiento de la ley, no el capricho de los conductores.

Podría prohibirse a los morosos que canjeen cheques, renueven cédulas y pasaportes, licencias y matrículas, incluso tomar préstamos bancarios o de fi nancieras, hasta que salden totalmente las deudas acumuladas por infracciones en el tránsito.

El día en que estas leyes se hagan respetar y se impongan multas más altas, junto con las prohibiciones para realizar ciertas operaciones ordinarias del ciudadano, ese día terminará el relajo.

...Y el país entrará al mundo de las naciones civilizadas.