Un fichaje estudiantil

Los propios maestros del país conocen a plenitud por dónde cojean sus alumnos, cuáles son sus capacidades y sus insufi - ciencias, pero también sus comportamientos, lo que les permite identifi car a los que han tenido, o tienen inclinación, por la actividad delictiva.

Que hay delincuentes juveniles en las escuelas es una realidad que todos conocemos. Pero quienes están más familiarizados con ella, más expuestos a sus consecuencias, son los maestros, que la han sufrido y soportado a diario.

Es muy probable que la cotidiana relación maestro- alumno haya creado condiciones de solidaridad e indulgencia que les cohíbe para denunciar abiertamente, con pelos y señales, vale decir con nombres, a los delincuentes que se cobijan en sus aulas, disimulados o no.

Esa especie de comprensible complicidad, que no se justifi ca desde el punto de vista de los ciudadanos que sienten el horror, el terror y el dolor de la delincuencia, tiene que dar paso a un compromiso serio, valiente y sin titubeos, para ponerle remedio a esa realidad, por el bien de la sociedad y por el mismo bien de los alumnos a los que están formando.

La base para conseguir esos objetivos la acaba de proponer el ministro de Educación, Andrés Navarro, al decidir la formación de un gabinete de seguridad integrado por la Policía Escolar y la Asociación Dominicana de Profesores, a raíz de las crudas revelaciones que hizo sobre el problema la profesora Altagracia Turbí, presidente de la Corriente Magisterial Urania Montás, en una entrevista para el LISTÍN DIARIO.

En pocas palabras, la profesora Turbí ha descrito el clima de inseguridad, acciones violentas, incursión de pandilleros, violaciones sexuales, y otras aberraciones que predominan en las escuelas, pero que nunca han sido denunciadas ni enfrentadas seriamente por los profesores o las asociaciones de padres.

Es hora de aplicar los correctivos, antes de que asistamos a la perdición de esta plataforma esencial llamada a formar a los líderes del futuro de la patria.

Proponemos que ese gabinete sea ampliado para que en él intervengan el Ministerio Público, la Policía Nacional, los ministerios de Interior, la Juventud y de la Mujer, así como de Salud Pública, y la misma profesora Turbí para enfrentar el problema en sus múltiples dimensiones.

El LISTÍN propone que se levante un fi chero de todos los menores y adolescentes que han delinquido para que esté a disposición del Ministerio de Educación, que sirva en alguna medida para prevenir la inscripción de delincuentes como alumnos o para identifi car a aquellos que necesitan de orientación, terapia educacional y psicosocial, que merezcan ser rehabilitados o salvados de caer en la perdición.

Ese sería un auténtico y efectivo modo de prevención del delito, desde la misma fuente de las nuevas generaciones.