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¿Tiene seguro?

Uno de los aspectos calamitosos de la crisis del sistema hospitalario es el cobro o exigencia de una suma de dinero o la presentación del carné del seguro de salud para poder atender los casos de pacientes que llegan a las salas de emergencia.

De lo contrario, lo más probable es que se les niegue o se les baraje esa atención tan primordial para salvar vidas o remediar a tiempo las causas que provocaron la emergencia.

Y por culpa de exigencias de este tipo, muchos pacientes insolventes o carentes de seguro de salud han sufrido el infortunio de enfrentarse a esta barrera en el momento justo de esa necesidad o, en su defecto, toca a quienes los llevaron al hospital o clínica a responder al requerimiento.

Pero resulta que en la mayoría de las circunstancias, nadie anda con dinero encima para pagar el anticipo o no cuenta con la tarjeta del seguro, pese a que millones de ciudadanos ya se encuentran afiliados a uno de los tantos planes de la seguridad social.

Lo que se pasa por alto en esta inadmisible desatención inhumana es que la ley obliga a los centros de salud a no negar la atención de emergencia a ningún paciente, tenga o no seguro médico, ande o no ande con dinero en sus bolsillos.

Esa ley tiene que hacerse cumplir, porque su violación sistemática y por lo visto muy generalizada es un atentado al derecho a la salud y la vida y un burdo reflejo de la distorsión del papel fundamental de los médicos y del interés pecunario que se antepone a todo acto de humanidad que merece un ser en trance de peligro o de muerte.

Esas exigencias, por demás, han sido causantes, en cierta medida, de los “rebotes” de pacientes desde las mismas salas de emergencia donde se les ha negado atenciones hacia otros centros de salud, donde nunca se está seguro de lograr mejor suerte.

Esta situación anómala ha dado lugar a muchas quejas de los ciudadanos, no sólo verbales, sino formales, ante el organismo que se ocupa de la defensa de los afiliados a la seguridad social. Sin embargo, la denegación de salud en las emergencias persiste. Y este es el otro ángulo de una crisis más amplia que el país debe de superar ya.

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