A la mesa del diálogo
Los representantes del gobierno y de la oposición de Venezuela han logrado, en la República Dominicana, su primer acercamiento importante en el inevitable camino de un diálogo nacional para encarar la crisis política y económica que vive ese país.
Ambas partes sostuvieron reuniones con los mediadores de la crisis, los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Martin Torrrijos, de Panamá y Leonel Fernández, de República Dominicana, para diseñar la agenda de las negociaciones.
Estas podrían permitir que, en un futuro no muy lejano, se implementen reformas que ayuden a la economía venezolana a salir de su actual crisis, que se refleja en un empobrecimiento de la calidad de vida de todos los venezolanos y en un inestable ambiente político y social que podría agravarse.
Ante nivel de escalamiento al que ha llegado esa crisis, luce inminente que se le de un giro de timón al modelo económico vigente y se promuevan acciones concertadas entre el gobierno y la oposición para garantizar que el frágil estado en que se encuentra la institucionalidad no termine en naufragio.
Ni al gobierno del Presidente Nicolás Maduro ni a sus opositores les conviene el descalabro, pues en un ambiente así pueden germinar alternativas de cambios no democráticas que en lugar de remediar agudicen los padecimientos del pueblo.
Esta primera oportunidad de diálogo directo y franco, como lo ha reclamado la comunidad internacional y en particular el Papa Francisco, alienta las expectativas de un acuerdo nacional para que el gobierno y la oposición manejen las reformas en pleno consenso.
En la búsqueda de la concertación ha jugado un papel relevante la Unión de Naciones Sudamericanas, bajo la dirección del expresidente colombiano Ernesto Samper, apoyada en el prestigio de los ex presidentes mediadores, vistos como confiables a ambas partes.
En un mundo de conflictos, es preferible orillar todos los caminos que conduzcan a una solución pacífica deponiendo actitudes prepotentes e intransigentes, si de verdad se piensa en que el objetivo más importante es rescatar la economía de Venezuela y devolver a sus ciudadanos el derecho a una mejor vida en plenitud de bienes y de libertad, y hacer resplandecer de nuevo la majestad de una democracia que no soporta mas recaídas que las que ha sufrido en los últimos años.