Lo electrónico en el mundo de hoy

Muchas tareas del hombre moderno se realizan por medios electrónicos en esta “era de la conectividad”, una tendencia que se va tornando en costumbre irreversible.

Por tanto, no resulta nada extraño que si ya los servicios fi nancieros y el comercio mundial descansan en las plataformas electrónicas, el ejercicio del sufragio electoral también lo sea en muchos países donde la tecnología se ha aposentado.

Y no solo porque existen las herramientas o programas para hacerlo, sino porque una signifi cativa población mundial ya se maneja con estos medios en sus quehaceres habituales.

En el caso dominicano, un 40.4 por ciento de los electores inscritos tienen edades entre 18 y 35 años, lo que indica que son potenciales usuarios de tecnologías, sin descartar que otro segmento importante de adultos también lo sea.

Aquí, como en otros países, contamos con un gobierno electrónico a través del cual los ciudadanos procuran información de interés sobre servicios del Estado y pueden pagar impuestos, recibir certifi cados, renovar documentos, etc., sin necesidad de ir a una ofi cina.

Con los bancos pasa lo mismo.

Millones de transacciones se realizan por esta vía sin que los clientes tengan que apersonarse a una sucursal y la comunicación oral y visual entre los ciudadanos se ha hecho más fácil con los instrumentos creados por la tecnología.

Así que tarde o temprano el voto electrónico se impondrá como mecanismo facilitador de esta obligación constitucional, aparte de que es más expedito para procesar datos con la más alta seguridad y confi abilidad, superando las formas manuales que han sido las tradicionales pero nunca las más fi ables porque se han prestado para manipulaciones y escamoteos de todo tipo.

Con un programa o software o hardware a toda prueba es posible montar unas elecciones con voto electrónico que facilite incluso el sufragio desde los hogares, economizando el uso de fondos y personal humano y facilitando la agilidad del proceso sin mayores traumas.