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Los mangos de Baní en peligro

Los productores de mangos de Baní están muy preocupados por la falta de agua para salvar sus plantaciones.

Como hay regulaciones para recibir el agua de la presa de Valdesia, los productores entienden que debe haber una mayor flexibilidad en ese régimen o de lo contrario van a sufrir grandes pérdidas.

Ya pasaron por una mala experiencia el año pasado por culpa de la sequía, justo en el momento en que el mango banilejo se posicionaba en los mercados de Europa y Asia, tanto como lo ha sido en el caso de Estados Unidos.

Es injusto que después de abrirse camino en esos mercados tan competitivos, y de ser suplidores confiables, todo ese esfuerzo mercadológico se vaya a pique por esta causa.

Lo que piden es un poco más de agua, es decir, más días de los que están programados en el calendario de suministro.

En pocas palabras, un tratamiento más preferencial en vista de los enormes riesgos que afrontan si la cosecha se minimiza o se pierde por completo, lo cual sería una desgracia para lo que es una auténtica “marca-país”.

En realidad, la situación es la misma para otros productores banilejos porque es un problema de insuficiencia de agua para el regadío.

Los productores banilejos no pueden resistir otro año de pérdidas y de incertidumbres.

El Gobierno debe ser sensible a estos justificados reclamos y proceder a dar más agua a Baní, cuya economía depende fundamentalmente de los cultivos agrícolas y de su ganadería.

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