Santo Domingo 28°C/30°C few clouds

Suscribete

¿De dónde salieron esas mentiras?

El célebre informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos afirma que en nuestro país prevalece una “situación de discriminación histórica” que afecta, fundamentalmente, a “personas dominicanas de ascendencia haitiana” y se basa para ello en unas “pruebas” que resultan insostenibles, aparte de ser mentirosas.

Por ejemplo, el informe asegura que esa “discriminación histórica” se manifiesta en “políticas, leyes, sentencias y prácticas tendientes a privarlas de su derecho de nacionalidad dominicana sobre la base de criterios tales como el color de la piel, el origen nacional de sus padres o ascendientes, los apellidos o la capacidad lingüística”.

¿En qué ley o sentencia emanada de los estamentos del Estado figura expresamente que la ciudadanía o la nacionalidad está condicionada al color de la piel, los apellidos o la “capacidad lingüística”?

Si acaso la CIDH quiere referirse a las personas de piel oscura (porque no puede mencionarse la palabra negra para no pecar de discrimen) que supuestamente son víctimas de rechazo o exclusión por tal causa, el argumento se cae hecho trizas ante la realidad.

Un estudio de la Oficina Nacional de Estadísticas revela que el 83 por ciento de los inmigrantes ilegales haitianos censados en el país hace un par de años trabaja y percibe ingresos regularmente. Por lo general, son personas de tez oscura, como la mayoría de los dominicanos auténticos.

¿Donde está la discriminación? El año pasado, y siguiendo una tendencia consistente, casi 700 extranjeros adquirieron formalmente la ciudadanía dominicana tras cumplir con los requisitos de ley. Entre ellos figuran rusos, italianos, franceses y muy pocos haitianos. ¿Acaso los apellidos o la capacidad lingüística predominó a la hora de concederles ese derecho?

¿Dónde está la discriminación? Según el estudio “Características y análisis de Salud de la población de origen extranjero”, el gobierno dominicano destinó $2,587.5 millones de pesos a la atención de pacientes haitianos en los hospitales públicos, mientras que para asistir a parturientas haitianas (que copan las maternidades del país) se invirtieron $5,280 millones de pesos. En ninguno de los casos “el color de la piel, los apellidos o las capacidades lingüísticas” influyeron en tan generoso y humano trato.

¿Dónde está la discriminación? En el 2010, a raíz del devastador terremoto que asoló a Haití, la frontera quedó abierta de par en par para que vinieran damnificados y lesionados, que se radicaron aquí, sin que se les haya privado de ningún derecho. En las primeras horas del terremoto y por muchas semanas más, el gobierno dominicano repartió diariamente en Puerto Príncipe 150 mil comidas calientes entre los damnificados.

¿Dónde está la discriminación? Una vez puesto en marcha el plan de regularización, el Gobierno dispuso de más de $2 mil millones para permitir que el operativo fuera gratuito para todos los extranjeros, sin tomar en cuenta “el color de la piel, los apellidos o las capacidades lingüísticas” de los interesados, como tampoco se ha hecho con los miles de estudiantes haitianos, tanto en universidades como en escuelas fronterizas, que se educan en el país sin ser víctimas de nada.

Si la Comisión quiere proyectar una reputación de seriedad, honestidad y confiabilidad, le pedimos que señale entonces qué leyes, políticas o sentencias pecan de discriminatorias contra los haitianos, y que las haga públicas, como el célebre adefesio que acaba de emanar.

Tags relacionados