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Atropellos a la prensa libre haitiana

En una valiente denuncia, periodistas haitianos y dominicanos han puesto al desnudo las prácticas abusivas y coercitivas con que el régimen del presidente Michel Martelly trata a la prensa independiente de Haití.

Insultos, hostigamientos, ataques a tiros contra una emisora y varios periodistas de distintos medios han menudeado en el contexto de la crisis electoral de ese país, lo que cabía esperar de un régimen que no respeta los derechos humanos aunque pretenda presentarse, ante los ojos de la comunidad internacional, como un abanderado de ellos.

En un país donde las mayorías empobrecidas no reciben los beneficios que acumulan desde el poder las élites dominantes, ha de resultar molestoso e incómodo a un gobierno teñido de ilegitimidad una prensa que critique, cuestione y saque a la luz las tremendas desigualdades y desprecios que sufren los menos favorecidos.

Los atentados a la libertad de expresión, concretamente denunciados por los colegas haitianos y dominicanos, responden sin lugar a duda a los empeñosos esfuerzos que hace el gobierno por mantenerse en el poder a base de triquiñuelas electorales, ignorancia de las leyes y los pujos dictatoriales del presidente Martelly.

La prensa continental debe pronunciarse contra esos abusos, así como los que también se cometen con aquellos ciudadanos haitianos repatriados desde República Dominicana, que padecen penurias y desatenciones del gobierno en sus campos de refugio en Haití.

Esta denuncia ha servido para desenmascarar a un gobierno que, en el extranjero, se pinta como sensible y preocupado por la suerte de los inmigrantes haitianos en República Dominicana, aunque no asume igual actitud frente a los casos de persecución, deportaciones y malos tratos que les dan a estos en otras naciones.

El gobierno que ha sido acusado de estos graves atentados a la prensa libre haitiana es el mismo que ha montado campañas de mentiras y acusaciones falsas contra República Dominicana, a las que lamentablemente se han sumado, como una orquesta bien afinada, varios gobiernos e instituciones internacionales, inclusive con el apoyo logístico y mediático de dominicanos a los que no les importa el daño a la dominicanidad y a la democracia que tales estratagemas procuran lograr.

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