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EDITORIAL

Las conquistas que pueden perderse por culpa del terrorismo

Tras los atentados en París y la guerra al terrorismo declarada por varios países con poderosos ejércitos, una de sus previsibles víctimas parece que será la libre movilidad de los ciudadanos por el mundo.

En Europa, por ejemplo, se plantea ahora un drástico cambio en una de las conquistas de la Unión: el libre tránsito de sus ciudadanos por un territorio sin fronteras, debido a las amenazas de los terroristas de que atacarán objetivos estratégicos en varias de sus capitales.

Se impondrán restricciones más severas a ese libre tránsito consagrado por el Código Schengen y bajo el efecto de ese “crucial cambio” se afectarán también las posibilidades de aquellos inmigrantes no europeos que huyen de sus países por causa de la guerra, de la hambruna o de otros factores de riesgo para sus vidas.

La inmigración extranjera, que es un fenómeno que se da en cualquier parte del mundo, es objeto de atención, regulación y protección en muchos acuerdos internacionales, que toman de forma y fondo los mandatos de la Convención de Viena para consagrar ciertas garantías a los derechos humanos.

En la medida en que el terrorismo cobra cuerpo y se convierte en una amenaza general, los países cerrarán y protegerán más sus fronteras, forzando una limitación de la movilidad humana, más que nada de los inmigrantes que buscan otros lugares para vivir mejor y en seguridad.

De hecho, el viajar en forma legal de un país a otro se convierte en un tortuoso proceso debido a los controles que se aplican a cada viajero, controles que van desde minuciosos registros corporales o por vía de rayos equis y equipos de detección de artículos peligrosos, hasta rigurosas medidas para el acceso a otros lugares, como tiendas, hoteles, salas de baile o de teatro, estadios deportivos, edificios corporativos y condominios, todo lo que pueda ser blanco predilecto de los terroristas.

Todo esto y más es la realidad que contemplamos hoy, a la luz del miedo y del desconcierto. Y tenemos que prepararnos para vivir así, sin saber hasta cuando.

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