Santo Domingo 28°C/28°C few clouds

Suscribete

EDITORIAL

¿Están en decadencia los partidos políticos?

Tiempos atrás, las preferencias políticas de los dominicanos eran polarizadas por dos o tres partidos, justo aquellos que se han alternado en el poder en los últimos cincuenta años.

Su condición de ejes sigue siendo la misma todavía, pero en menores grados, como resultado de un conjunto de factores que han ido disminuyendo sus militancias, que debilitan el rigor de su disciplina interna y, al mismo tiempo, el sentido de fidelidad de sus miembros.

Tal vez por el hecho de que ahora no se aprecian diferencias ideológicas entre ellos; tal vez por la novedad de grupos que emergen y se organizan para defender los derechos ciudadananos o por una especie de agotamiento de los modelos tradicionales, los partidos que antes eran llamados “grandes” han visto reducir con los años el volumen de sus “masas cautivas”, y su nivel de credibilidad en el seno del pueblo.

Las encuestas que miden el grado de simpatía o confianza popular de las instituciones de nuestra sociedad hace tiempo que registran a las agrupaciones políticas en el último lugar, y esto da lugar a que exista la percepción muy acentuada de que tales puntajes reflejan en verdad una crisis en el sistema de partidos.

La incapacidad para votar una ley que los regule y que prevenga, en ciertos casos, los fenómenos que hoy dan lugar al desprestigio, como el transfuguismo y el incremento de las prácticas antidemocráticas en las decisiones internas y, más aún, en los procesos de elección de candidaturas, refuerza dicha percepción.

Y si estas manifestaciones de decadencia continúan, será el propio sistema democrático el que sufrirá el peor retroceso porque, en su esencia, es un sistema que funciona en la medida en que las fuerzas partidarias organizadas y conectadas al servicio de la sociedad actúan al tenor de las expectativas del pueblo, garantizando pluralidad de ideas y ejercicio pleno de las libertades.

A decir verdad, muy pocas veces vemos a los partidos asumiendo la responsabilidad de dirigir al Estado y encauzar a la sociedad por los caminos que traza la democracia, porque lucen más empeñados en la lucha por el poder, para otros fines que no se compaginan con los que el pueblo espera y en el ínterin surgen movimientos o entidades emergentes que asumen el papel que abandonaron y, en los hechos, la vocería de los reclamos y aspiraciones populares.

Desde hace un tiempo se perciben muestras que reflejan las flaquezas institucionales de los partidos políticos, suficientes para llamar a la reflexión sobre la necesidad de hacer un esfuerzo mayor a fin de que estas instituciones claves del país cambien su actual y penoso derrotero.

Tags relacionados