Libres de la gripe aviar

La llamada influenza aviar tuvo un impacto muy negativo en la avicultura dominicana, como lo tienen por lo regular las plagas que afectan cultivos agrícolas u otras pestes que atacan el ganado animal.

Por muchos años, y a consecuencia de esta epidemia que nos vino por contagio desde fuera, el país vio restringida su capacidad para exportar pollos y huevos y carnes de otras aves a pesar de que contaba con la capacidad instalada para ser competitivo en los mercados foráneos.

Tuvimos que conformarnos con abastecer el mercado interno y salir a camino, como lo hemos hecho frente a otros ataques de pestes y plagas, para evitar desmantelar toda una industria clave en la alimentación del pueblo.

Durante diez años, las autoridades agropecuarias se esforzaron en mantenerse alertas y aplicar todos los controles sanitarios para que la gripe aviar no se extendiera y por fin hemos sido certificados como un país libre de esta enfermedad, lo que de nuevo abre oportunidades de subir la producción de pollos y huevos para fines de exportación.

Liberado el país de la gripe, algo que ya se sabía un año atrás, pero sin haber sido oficialmente certificado por la Organización Mundial de Sanidad Animal, Haití nos hizo una trastada al informar que prohibía las importaciones de pollos y huevos dominicanos a su territorio bajo el alegato de que existía aquí ese tipo de influenza, lo cual no era cierto.

Pero no dejó de ser una mala pasada.

Esperamos que ahora que se regulariza el tráfico de mercancías desde nuestro país hacia Haití, las ventas de pollos y huevos sean mayores hacia el vecino Estado y hacia otras naciones.

Esta es una excelente noticia para todo el país, pues ahora puede ensanchar un sector dinámico e importante de su economía con perspectivas de competir en el extranjero, lo cual se traduciría en ampliación de granjas, industrializadoras y en más empleos.