Cuqui Córdova, nuestro inmortal

Impecable, sonriente, con una broma siempre a flor de labios, no manca a la cita de cada lunes y cada jueves.

Entre manos trae siete décadas de historias contadas –su pasión por la crónica deportiva comenzó en la adolescencia— y una hoja con la “Columna de los Martes” o “Béisbol de Ayer”, según el día.

Así como sonríe, exige. Así como prodiga elogios, se enoja cuando una tabulación no queda exactamente alineada, como le gusta. Es un perfeccionista.

Don Cuqui Córdova ama al Listín y es un amor correspondido. Nuestro inmortal del deporte lleva cuatro décadas construyendo la memoria del pasatiempo nacional desde nuestras páginas, desde aquella primera crónica dedicada a un catcher de La Vega – “Pella Santos en la V de la Victoria”– publicada el 23 de febrero de 1974. Por supuesto, Don Cuqui la conserva en el ya famoso “Cuqui’s office museum”.

Esa relación privilegiada la describió muy bien el mismo don Cuqui cuando lo entrevistamos para el libro conmemorativo de los 120 años del Listín, hace ya seis. “El Listín es uno de mis grandes amores… Porque me ha cobijado tanto tiempo, nunca hemos peleado, siempre he escrito lo que considero que debo escribir, nunca se me han dado pautas ni yo las acepto”.

La semana pasada, el New York Times le rindió un homenaje periodístico: un extenso y respetuoso perfil en el que plasma una trayectoria de aportes a la sociedad. Prácticamente coincidió con el desayuno con Pedro Martínez que don Cuqui, con la minuciosidad y el empeño que le caracterizan, hizo posible.

Listín Diario celebra ese merecidísimo reconocimiento a un hombre que, a sus 85 años, tiene la energía que le falta a muchos veinteañeros. El secreto parece ser el amor que pone en todo lo que hace, la manera jovial con que ve y vive la vida. Lo celebramos a él y esperamos que siga riendo junto a nosotros y regañándonos cuando no alcancemos sus altos estándares. Mucho tenemos que aprender de él.