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Pedro en el Listín

Pedro Martínez volvió a presentarse al gran público, esta vez a través de Listín Diario, después de celebrados los actos de exaltación al Salón de la Fama del Béisbol, ataviado como todo un caballero seguro de lo que dice y cree, y con la misma sencillez de aquel muchacho de Manoguayabo que alcanzó la cima a fuerza de disciplina y sacrificio.

Fue él quien dedicó su visita a este diario como “El día de Pedro en el Listín Diario”, para compartir con ejecutivos y redactores sus éxitos y experiencias, acompañado de su esposa Carolina.

Sin dudas, Pedro es un ejemplo a reproducir no solo por aquellos jóvenes que aspiran a llegar a las grandes ligas del béisbol organizado, sino por todos los que con esmerado esfuerzo y disciplina ansían alcanzar metas que requieren de una gran dosis de trabajo constante.

En 1988, con apenas 5’8” y 150 libras, Pedro el Grande comenzó a abrirse paso y a trillar un camino tortuoso en el disputado mundo del béisbol organizado, adonde solo llegan los que tienen talento y se orientan siempre por el buen camino.

Lo primero que venció “el chiquito y flaquito” de Manoguayabo fue el pesimismo de aquellos que creyeron que lo de Pedro no sería duradero, además de que asociaban su permanencia en la pelota grande a la estrella del montículo, Ramón Martínez, su hermano.

Pero se olvidaron de que ese muchacho ‘chiquito y flaquito’ tenía las garras de un tigre y un espíritu indomable que lo empujaba cada vez más a demostrar que tenía estirpe para convertirse en lo que ya los anales del béisbol de Grandes Ligas consignan para el presente y la posteridad: Uno de los mejores lanzadores de los todos los tiempos.

Por ser un ejemplo para la juventud y orgullo de la dominicanidad, Listín Diario, con aprecio y complacencia, rindió un homenaje a Pedro el Grande.

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