Sucesos premonitorios
En el tenso clima que domina hoy las relaciones diplomáticas entre Haití y República Dominicana no deja de ser un episodio premonitorio el desaforado ataque que turbas haitianas cometieron contra varios transportistas criollos, tras difundirse la falsa versión de que un dominicano había matado a un haitiano en la frontera.
Los transportistas, unos 60, se encontraban estacionados en territorio de Fort Parisien, antes de proseguir a descargar en la capital patanas con cemento, varillas, medicamentos, telas, productos alimenticios y mercancías diversas.
Según la Federacion Nacional de Transporte Dominicano (Fenatrado), a la que pertenecen los transportistas, en el ataque de las turbas resultaron heridos 20 patanistas, y las pérdidas por la sustracción de mercancías alcanzan el valor de 100 millones de pesos.
Fenatrado sospecha que estas turbas son alentadas por gente cercana al gobierno del presidente Michel Martelly, que parece interesado en aprovecharse de cualquier tipo de confl icto que altere aun más las relaciones con República Dominicana, como forma de justifi car la existencia de un estado inducido de inestabilidad que desemboque en una interrupción del proceso electoral.
Ya la intención oculta de malograr ese proceso, para evitar que el electorado haitiano lo eche de un poder que ejerce prácticamente de facto, quedó evidente cuando montaron una campaña internacional para denunciar que Haití estaba al borde de una “crisis humanitaria” provocada por las “masivas deportaciones” de inmigrantes haitianos ilegales y “dominicanos desnacionalizados”.
De inmediato se movieron las fi - chas de la comunidad internacional para apresurar una injerencia directa en el proceso de repatriaciones de ilegales, lo que hubiese dado lugar a que, en un contexto de inminente catástrofe social en Haití, fuese preciso postergar las elecciones al parlamento.
Con estos ataques arteros contra los transportistas dominicanos han logrado intimidar a los miembros de este sector, que ya decidieron paralizar sus viajes a Haiti desde el lunes porque no hay garantías para sus vidas ni para las mercancías que transportan.
El gobierno dominicano debe concatenar los actos provocativos y violentos que se están ejerciendo contra nuestros intereses y preparar un expediente documentado y explícito y enviarlo a la Organización de Estados Americanos y otros organismos internacionales, para que más adelante nadie alegue ignorancia sobre sus verdaderos y ominosos propósitos.