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Oficialmente dominicanos

Una vez completado un arduo proceso de revisión del Registro Civil con todos los inscritos, regular o irregularmente en él desde hace más de nueve décadas, la Junta Central Electoral ha logrado acreditar como ciudadanos dominicanos a más de 50 mil personas, en su gran mayoría extranjeros.

Esto es una buena noticia para los favorecidos, y especialmente para todos los que han confiado en la histórica reforma del sistema migratorio nacional y en la capacidad y credibilidad de la JCE de llevar a cabo un proceso de depuración que era necesario e impostergable.

De ese modo, la JCE ha puesto en orden la añeja anormalidad que mantuvo en dudas o en estado de indefinición el estatus ciudadano o migratorio de millares de personas y que había dado lugar a que los enemigos de la reforma migratoria delineada por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, denunciaran la existencia de apátridas a los que el Estado supuestamente echaría de nuestro suelo sin reconocerles su nacionalidad dominicana.

En esta categoría incluían a los hijos de haitianos nacidos en el país, pero pasando por alto que la mayoría no cumplía los requisitos establecidos por la Constitución y las leyes para ser considerados dominicanos, lo que se interpretaba como un acto equivalente a un “genocidio civil”. Sobre la base de esa interpretación y de otros retruecanos cazurramente esgrimidos para torpedear la reforma, se desataron aquí y especialmente en el exterior campañas para denunciar al país como una nación donde se practica la xenofobia, el racismo y la discriminación en sentido general.

Por mandato del Tribunal Constitucional, la JCE tuvo que proceder a una revisión de millares de expedientes contenidos en el Registro Civil y la auditoría arrojó pruebas que validaban la condición de ciudadanos dominicanos a los que completaron todos los requisitos legales, pero también descubrió casos de fraudes y adulteraciones de documentos.

Tras la depuración, más de 50 mil registrados han sido acreditados formalmente como ciudadanos y ahora podrán ir a las oficialías del Estado Civil o centros de cedulación a retirar sus cédulas.

Falta ahora, luego de este excelente y valioso trabajo de auditoría y certificación, que la JCE avance en el proceso de resolver el problema de los millares de dominicanos netos que todavía carecen de sus actas de nacimiento, por desidia, desconocimiento o imposibilidad de sus progenitores para cumplir con esta obligación.

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