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Peligrosos enclaves haitianos en el Este

El Hoyo de Friusa, Haití Chiquito, Verón, Cabeza de Toro y Kosovo, comunidades situadas en Bávaro y Punta Cana, se han convertido en peligrosos enclaves de la delincuencia haitiana en el país. Es lo que ha revelado el jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, quien describe a Higüey como el municipio que tiene el más alto nivel de violencia en el país, seguido por el Gran Santo Domingo, lo cual es mucho decir. En estos lugares, los haitianos tienen presencia predominante. Constituían, en el 2010, el 81.1 por ciento de la población. Y hay que suponer que ese porcentaje ha subido en la medida en que se agravan las condiciones para una vida digna en Haití. Son escasos o nulos los dominicanos que coexisten con ellos. Las riñas se dan entre ellos mismos, pero el fenómeno ya comienza a trascender sus “ghettos”. Dice el jefe de la Policía que, de acuerdo con los informes de inteligencia policial, se ha incrementado la participación de haitianos en crímenes, asaltos, robos y otros delitos en esa zona. La mayoría de los involucrados vive ilegalmente en el país, es decir, sin documentos de residencia y, en no pocos casos, de identidad. Probablemente el acrecentamiento de los índices de delincuencia en esa región tenga que ver con la presencia, aún elusiva e invisible en el país, de unos 5 mil haitianos que se fugaron de las cárceles de Puerto Príncipe a raíz del terremoto del 2010. Las autoridades policiales haitianas y las dominicanas trabajan de manera conjunta en la búsqueda y arresto de esos prófugos, y ya se han repatriado algunas decenas. En todo caso, la violencia está instalada en Higüey, y lo peor de todo es que los enclaves haitianos se han convertido prácticamente en tierra propia, donde no entran ni los policías ni los civiles dominicanos. Una concesión que ni siquiera se le ha hecho al vandolerismo criollo que ha pretendido dominar y enseñorearse de los barrios más calientes de la capital.

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