¿Por qué usar balas letales?
El trágico saldo de los sucesos del jueves en el recinto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en el que un estudiante de medicina fue mortalmente baleado por uno de los agentes policiales, pone de nuevo sobre el tapete la imperiosa necesidad de eliminar el uso de proyectiles letales en los operativos para contener las protestas callejeras. En otros países, la Policía utiliza camiones que disparan chorros de agua o líquidos entintados, gases lacrimógenos o balines inofensivos, justamente para evitar que puedan producirse excesos o innecesarias muertes de civiles durante la contención de una manifestación o un disturbio en las vías públicas. La propia Policía Nacional, según tenemos entendido, dispone de estos aparatos y en algunas ocasiones, aunque no muchas, los ha usado. Inclusive, hace pocos meses tropas policiales fueron autorizadas a ingresar al campus de la UASD, por petición de sus autoridades, para sofocar una protesta violenta protagonizada por estudiantes que incluyó la quema del vehículo de un decano y un frustrado intento de asalto de la Rectoría, que culminó sin saldos trágicos porque la Policía no recurrió al uso de balas letales. La muerte por disparos del estudiante William Florián Ramírez, de 21 años, ha causado tal indignación en la sociedad que el mismo Presidente de la República reaccionó con mucho disgusto ante el acontecimiento y ha reclamado una inmediata y correcta investigación para proceder a dictar una firme sanción contra los culpables del exceso. Hacía muchos años que dentro del recinto universitario no se producía una muerte de un estudiante a manos de la Policía en el contexto de enfrentamientos con la autoridad, pese a que en distintas ocasiones se han detectado civiles armados del lado de los manifestantes. Ojalá que a partir de esta penosa y lamentable experiencia se proscriba el uso de balas letales en el control de protestas populares por parte de la Policía, y se adopten métodos más modernos y eficaces que no tengan que implicar la pérdida de vidas humanas.