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CON EL SUDOR DE SU FRENTE

Dedicación y trabajo arduo, la historia de un peluquero

Un joven barbero que cree en la dedicación y consagración en su trabajo cuenta la historia de cómo comenzó a labrarse un futuro estable y de progreso.

Trabajo. Ramón Antonio Javier Aquino en plena faena profesional, en su barbería ubicada en el municipio Santo Domingo Este.

Trabajo. Ramón Antonio Javier Aquino en plena faena profesional, en su barbería ubicada en el municipio Santo Domingo Este.

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Fénix HernándezSanto Domingo

Ramón Antonio Javier Aquino, mejor conocido como “Choco” por sus clientes y vecinos de la Urbanización Italia, en Santo Domingo Este, llegó a la ciudad hace casi una década sin nada en los bolsillos, pero sí atiborrado de sueños y ganas de trabajar.

Hoy el éxito le sonríe, pero no le fue fácil ni casual conseguirlo. Todo se lo debe al esfuerzo, perseverancia, honestidad e interés.

Ramón es procedente de Bayaguana, provincia Monte Plata. En la actualidad tiene 26 años y es hijo de Cecilio Javier y María Aquino, ambos de su pueblo natal, quienes decidieron encaminarlo y apoyarlo a ser barbero actividad que inició desde el 2008, para poder progresar, sostenerse, ayudar a su familia y poder estudiar.

“Choco” proviene de una familia humilde, luchadora, con buena educación, en la cual vivió una infancia buena, en el que montaba bicicletas, cherchaba y jugaba bolitas. Desde su infancia tuvo claro que los bienes materiales se consiguen trabajando duro con esfuerzo oportuno.

Cursó los estudios secundarios en el liceo Morayma Veloz de Báez, y es alumno de término en la carrera de Contabilidad de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), sin embargo, la mayor parte de su tiempo la dedica a su oficio.

“Choco” es un emprendedor que se llevó de los consejos positivos que le dieron familia y amigos. En esos comentarios encontró la motivación necesaria para arriesgarse a crear su propia empresa, la cual hoy le llenan de orgullo.

Después de casi una década, asegura que lo más importante de su labor es su total dedicación al trabajo que realiza.

El lema que suele utilizar en su diario vivir, y para superarse personalmente dice “todo es según el color del cristal con que se mire”.

En su campo, ese oficio era algo pasajero. No lo tomaba como un enfoque determinado por no tener muchas personas a quienes atender, y no es hasta su llegada a la capital a finales del año 2009 cuando lo toma en serio.

Ramón Antonio Javier asegura que los principios son difíciles, mayormente en este tipo de trabajo de peluquería, tanto así que hasta se separó en sus comienzos de sus compañeros laborales y decidió emprender su negocio propio. “Antes era un sueño pero hoy es toda una realidad”. sostiene con una expresión de satisfacción en su rostro. Al tomar la decisión valoró que le iría mucho mejor que como empleado.

Al cumplir dos años de iniciar su negocio, vendió su vehículo con un valor de RD$300,000 para poder invertir y adquirir un local más amplio con todos los productos necesarios, utensilios, herramientas, entre otras cosas. Con esto ha salido a flote con sus compromisos , ayuda a su madre y cumple con las exigencia de la universidad.

“En el éxito de todo emprendimiento influye mucho la puntualidad, seriedad, responsabilidad y el buen servicio brindado hacia los clientes. Por eso he mantenido por mucho tiempo la clientela, hoy en día estamos abarrotados por la gracia de Dios, principalmente los fines de semana”, cuenta el joven.

El aprendizaje de este oficio lo adquirió gracias a la asesoría del peluquero de su pueblo, llamado Tony. Con él recibió entrenamiento y a través del tiempo fue mejorando hasta que en la actualidad mantiene su negocio de forma estable.

Labora en horario de 9:00 de la mañana a 10:30 de la noche y a través de los años ha tenido la oportunidad de conocer todo tipo de personas, y de atender algunas figuras públicas, como al comediante Miguel Céspedes.

Señala que se siente satisfecho con el servicio brindado durante este tiempo, y manifiesta su deseo de seguir creciendo. En su labor diaria, sus ingresos oscilan entre RD$1,600 y RD$2,000. El ingreso bruto mensual asciende a RD$45,000. Pero estas cifras pueden variar dependiendo de los días de la semana y la demanda. A eso hay que restarle el precio del alquiler y el pago de la energía eléctrica.

((Familia Ramón Javier, estudia mercadotecnía y junto a su esposa Yazmín Ramírez ha procreado un hijo llamado Rahían Javier Ramírez, el cual es su motivo principal para seguir adelante.

Expresa gran satisfacción del tiempo que puede compartir con sus parientes, en el cual es muy poco por el mismo trabajo, ya que casi siempre está ocupado.

Siempre busca un rato libre entre su intensa jornada laboral para compartir con los suyos pues ese tiempo lo considera fundamental para su desarrollo como persona, ya que el cultivo de los valores de la familia es fuente de inspiración para seguir adelante y alcanzar nuevas metas.

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