ENFOQUE

Controlar moscamed: clave para proteger exportación agrícola

Se sugiere tomar las previsiones necesarias para proteger las exportaciones de las amenazas de la m osca del Mediterraneo.

El Ministerio de Agricultura, y su dirección de Sanidad Vegetal, han erradicado casi por completo la mosca del Mediterráneo del territorio dominicano, gracias a acciones de monitoreo y control en las que se han invertido aproximadamente once millones de dólares del presupuesto nacional.

La aparición en territorio dominicano de la mosca del Mediterráneo, a principios de 2015, fue devastadora para los exportadores de frutas hospederas del insecto, como los ajíes morrones y los aguacates cáscara verde.

Aunque la mosca solo estaba presente en el este, Estados Unidos impuso una veda a los productos cultivados en todo el territorio dominicano porque en ese momento el país no contaba con un sistema de monitoreo. Muchos invernaderos dominicanos aún no han reabierto debido a las pérdidas millonarias que dejó la veda.

Para evitar que se impongan nuevas prohibiciones, el Gobierno dominicano instaló una amplia red de trampas con el fin de monitorear la presencia y el movimiento del insecto. El país se considerará oficialmente libre de la mosca del Mediterráneo cuando se compruebe su ausencia durante tres ciclos de vida (entre 63 y 90 días). Hasta ahora no se han registrado apariciones durante dos ciclos de vida del insecto. República Dominicana está muy cerca de la meta final.

Con el fin de completar la fase final de la erradicación del insecto, República Dominicana está importando moscas del Mediterráneo estériles de Guatemala para liberarlas en Punta Cana, una operación técnicamente costosa y complicada.

Medidas de prevención En enero de 2016, el Gobierno de los Estados Unidos volvió a permitir la entrada de exportaciones dominicanas, luego de que el Ministerio de Agricultura estableciera un sistema de casi 7,000 trampas a nivel nacional. Se permitió la exportación de productos hospederos de la mosca procedentes de provincias en las que el insecto no ha estado presente. La mayoría del país, con excepción del este, se considera oficialmente libre de la mosca de Mediterráneo.

Sin embargo, la Dirección de Sanidad Vegetal tiene que administrar y cumplir con un protocolo que incluye la emisión de un certificado fitosanitario indicando el origen de la fruta, y debe constar que provienen de provincias consideradas libres de la mosca. Esto requiere un sistema de conduces de origen para las empresas empacadoras. La mosca del Mediterráneo fue introducida desde Brasil a Centroamérica a medianos de la década de 1970 y se estableció en el café, hecho que no ocurrió en República dominicana, lo que ha facilitado su erradicación en el país.

Los gobiernos de México, Estados Unidos y Guatemala han apoyado el programa tri-nacional MOSCAMED con el fin de mantener una barrera sanitaria cerca de la frontera entre Guatemala y México. Con esta barrera, se busca evitar que la mosca avance hacia el norte de México y entre en territorio estadounidense.

La barrera se mantiene a través de la liberación de moscas macho estériles, el trampeo, el monitoreo intensivo de la población de la mosca, y la aplicación de insecticidas naturales como el spinosad. Sin embargo, los Estados Unidos y el Gobierno de Guatemala elaboraron un protocolo para la exportación de ajíes morrones de invernaderos en áreas donde la mosca está presente.

De acuerdo con este protocolo, los invernaderos y empacadoras emplean mallas especiales para evitar la entrada del insecto y mantienen protegido el producto hasta su embarque. El Ministerio de Agricultura de Guatemala supervisa y certifica el cumplimiento de las medidas especificadas en el protocolo.

La gran pregunta para los exportadores de ajíes morrones y aguacates cáscara verde dominicanos es: ¿Qué pasaría si aparece una mosca del Mediterráneo en el área considerada libre del territorio dominicano? ¿Impondría Estados Unidos otra veda para todo el territorio nacional? Esta posibilidad debe pesar mucho en la mente de productores dominicanos de invernaderos que están invirtiendo importantes recursos en sus empresas. La presencia de un sistema de trampeo y monitoreo de la mosca influiría mucho en la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de imponer o no una veda a las exportaciones. Entonces, ¿cuáles son los planes del Ministerio?, ¿mantendrá el sistema de monitoreo y a qué costo?

A principios de noviembre de 2016 el programa Exportando Calidad e Inocuidad (ECI) apoyó una delegación integrada por cuatro productores de vegetales de invernaderos y el director del Departamento de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura para que viajaran a Guatemala y conocieran el protocolo de exportación de ajíes morrones.

La delegación concluyó que la inversión para establecer en el país un protocolo parecido al de Guatemala sería mínima en términos de infraestructura: básicamente habría que cubrir las empacadoras con malla textil. Ahora falta discutir si vale la pena hacer estas inversiones sin establecer un protocolo formal entre el Servicio de Inspección de Sanidad Agropecuaria (APHIS, por sus siglas en inglés) y Sanidad Vegetal. O tal vez hay otras medidas a considerar, como la instalación de sistemas de trampeos adentro y afuera de los invernaderos.

Estos sistemas pueden ser instalados por los productores y supervisados/certificados por Sanidad Vegetal. Habría que estudiar un análisis de riesgo hecho por APHIS sobre República Dominicana, en el que se identifican situaciones y escenarios en los cuales podría aparecer de nuevo la mosca en el país y qué riesgo esto representa para los Estados Unidos.

El aeropuerto de Punta Cana con sus múltiples vuelos semanales directos a todos los países de Europa está convirtiéndose en un punto de comercio (“trade hub”) regional importante, lo que puede aumentar el riesgo de que se reintroduzca la mosca del Mediterráneo o llegue otra plaga exótica. De momento, lo más urgente para la República Dominicana es proteger el futuro de sus exportaciones de las amenazas de la mosca del Mediterráneo.

*El ingeniero agrónomo Brian Rudert es director del Programa Exportando Calidad e Inocuidad (ECI).

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