TRIBUNA ABIERTA

El árbol: Don de la naturaleza que crea riquezas y bienestar

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Emilio Armando OlivoSanto Domingo

Cuando Dios creó el mundo, dispuso que los árboles nos favorecieran de muchas maneras, siempre que nosotros les cuidásemos y usáramos racionalmente.

Nos preguntamos. ¿Qué es y cómo usar la foresta o el árbol racionalmente? Los árboles son la fuente de riqueza natural más importante para la sociedad, pues estos atraen, retienen o producen el agua, consumen el carbono que nos afecta el ambiente, protegen el suelo, producen madera para nuestras casas, frutas para nuestra nutrición, belleza de nuestro ambiente, entre otras tantas cosas positivas.

Ahora bien. Como podemos comprender, los bienes que la naturaleza nos expresa vía las plantas, sean los árboles maderables, frutales u ornamentales, cuáles sean, o las plantas como la gramínea gigante, o el bambú.

Hoy, muchos hablamos de la necesidad de proteger nuestros bosques y personalmente diría que lo más importante, según nuestra situación forestal en muchas regiones, es ver los árboles como nuestros aliados y fomentarlos de múltiples formas y según los diferentes ambientes.

Se dice que si tenemos el café en las alturas, tendremos agua en las llanuras, pero si tenemos cacao en las llanuras tendremos riquezas, aunque, ¿Dónde dejamos los maderables y frutales? Veamos algunas sugerencias.

En el llano, podemos sembrar tantas plantas, desde la uva de playa en las zonas de costas, como también los cocoteros y los pan de frutas.

En la media altura, desde el café, a muchas frutas tropicales o exóticas deben ser sembradas para bien de todos, incluso los árboles ornamentales en las carreteras, pero el gran dilema es en las alturas.

En las altas montañas, el uso racional de los suelos nos indica que unas zonas deben ser de cobertura boscosa permanente y otras de usos múltiples, principalmente con maderables y ciertas frutas desde el café a las llamadas exóticas que son muy variadas.

Una pregunta que todos nos hacemos actualmente es que está sucediendo con el uso irracional de algunas zonas de nuestros bosques.

Veo con tristeza que muchos no interpretamos el real valor del bosque, sea el costero como los manglares, el seco de nuestras zonas fronterizas o el de montañas en regiones del sur, suroeste o noroeste, donde se están mal utilizando los árboles y el ambiente general, traficando de manera indiscriminada con madera y carbón ilegal, que es lo peor bajo el consentimiento de personas responsables de proteger el ambiente.

Ahora bien veamos algunas realidades. La madera fue históricamente el primer bien de exportación de la isla. Recordemos que no teníamos ganados, caña o cultivos exóticos, pero no hemos aprendido a usar el árbol o el bosque. Aclaro algo, sí lo comprendemos, pero nadie quiere mirar hacia adelante y esperar el desarrollo de los árboles, incluso ni la gramínea gigante, la planta de los mil usos, el bambú.

Hoy hablamos de biomasa, el término moderno del uso del árbol como fuente energética, pero sucede y viene hacer que el carbón está en la opinión pública que informa al respecto y en algunos casos desinformando, con relación al uso de los árboles.

La producción de biomasas es una fuente de riquezas si sabemos usar el árbol, las gramíneas como el bambú, la caña amarga, la yerba “melker” u otras plantas. Mi pregunta es y será siempre: ¿Qué nos sucede que no amamos la foresta o tenemos la paciencia para sembrar árboles? Mi experiencia forestal es muy grata y por igual las relaciones con el Ministerio del Ambiente sano. El árbol es uno de nuestros mejores aliados.

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